Tras el tiroteo en Charlie Hebdo, hubo quienes justificaron el terrorismo diciendo que se lo habían buscado y acusando a la revista de racista, por ilógico que eso sea.
Antes del ataque, Charlie Hebdo ya había respondido a las acusaciones de ‘racismo’ — la columna fue traducida y reproducida por El Mundo, aquí unos extractos:
Casi nos da vergüenza recordar que el antirracismo y la pasión por la igualdad entre todos los seres humanos son y seguirán siendo el acto fundacional de ‘Charlie Hebdo‘.
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La lectura de nuestro periódico es la prueba definitiva de lo que afirmamos. Los que se atrevan a decir lo contrario es que nos nos leen y se contentan con alimentarse de un deleznable rumor.
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Ninguno de nosotros se atrevería a defender a la derecha, a la que combatimos a fondo. Y consideramos los fascismos, el fascismo, como un enemigo definitivo, que jamás se privó, por otro lado, de llevarnos ante los tribunales.
¡Abran, pues, nuestra revista! Jean-Yves Camus sigue, con el rigor que le caracteriza, las actividades de la extrema derecha. Laurent Léger desvela las sombras de las redes corruptas tan extendidas. Bernard Maris analiza la economía y el capitalismo como nadie. Patrick Pellous cuenta con dulzura los horrores de las urgencias hospitalarias. Gerar Biard lucha contra el sexismo y la publicidad. Zineb el Rhazoui critica -sí, y a fondo- las insoportables manifestaciones de un cierto islamismo. Fabrice Nicolino mira al mundo desde su prisma de ecologista radical, pero humanista. Sigolene Vinson detalla la vida diaria absurda de los Tribunales. Luce Lupin defiende con tozudez a las animales, esos grandes ausentes del debate público. Antonio Fischetti cuenta la ciencia o las ciencias con impertinencia y buen humor. Philippe Lançon proclama, cada semana, la victoria de la literatura sobre la tele. ¡Y todos los demás!
Por lo que a los dibujantes se refiere, ¿quién no los conoce ? Desde Charb a Riss, desde Luz a Willem, desde Riad Sattout a Tignous, pasando por Honoré, Catherine y, por supuesto, Wolin y Cabu, que hacen reír cada semana a todos los que no renunciaron a ser libres.
¿Dónde están, entonces, los supuestos racistas?
No están, no en Charlie Hebdo. Los racistas son quienes los acusan.