En Madrid (España) quieren hacer cinco edificios de 24 pisos cada uno, al lado del estadio Vicente Calderón.
La justificación de los edificios es un burdo copi-pega de páginas de astrología y de Wikipedia:
Es una serie de cábalas que trazan distintos ejes y círculos concéntricos en torno al centro, norte y sur de Madrid para justificar que sí, que todo confluye en la esquina de tierra que ahora ocupa el Vicente Calderón, y que en pocos años ocupará el magno espacio construido por FCC.
Y de pronto, sorpresivamente, un párrafo referido al corazón del complejo: «La irregular geometría de la manzana debe simplificarse mediante varios elementos singulares cuya altura puntee su contorno, delimitando una figura geométrica rotunda». No desfallezca el lector, que ahora viene lo bueno.
A palo seco: «Parece claro que la imagen más adecuada es una estrella invertida de cinco puntas, una de las estrellas que forman los escudos del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid; una estrella que permitirá mantener para siempre la huella de las estrellas características de la cerveza Mahou, cuya iconografía ha marcado los últimos 50 años de la historia del entorno». Parece claro, pues.
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Sin solución de continuidad, cuando aún no nos hemos repuesto, llega lo siguiente: «La cosmogonía dice que el número cinco representa la inteligencia. Es la péntada, el símbolo de lo sagrado, de la luz, de la salud, de la vitalidad y del intelecto. Representa lo superior y lo inferior, los cinco sentidos corporales, los cinco dedos de la mano y las cinco funciones intelectuales: razonamiento, inteligencia intuitiva, memoria, abstracción e inteligencia creadora o inspiración. También el quinto elemento, el éter, porque está libre de las perturbaciones de los cuatro elementos inferiores. Significa el balance en la división del 10, que es el número perfecto. La péntada es el arquetipo de la Naturaleza en el sentido de su capacidad generadora, es el eje de la vida».
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Pero sigamos leyendo, recordemos, el plan de urbanización de la ‘Operación Calderón’: «En la naturaleza, la evolución biológica determinó que ciertos patrones de simetría se repitieran con frecuencia, ya sea por estética o funcionalidad. Uno de los casos más frecuentes es cuando hay cinco ejes de simetría, lo que se conoce como simetría pentarradial. En botánica es frecuente encontrar flores de cinco pétalos, hecho relacionado con la iluminación solar, distribución que responde a la Ley de Ludwig. A su vez, la distancia del codo al extremo de la mano es un quinto de la altura total de la persona».
Plop!
Ojalá tengan arquitectos e ingenieros civiles mejor preparados de lo que están sus gestores de desarrollo.
(vía Daniel García | Imagen: Alex E. Proimos via photopin cc)