Una vez más, el ‘súuuuperprogresista’ papa Francisco (guiño, guiño) mostró sus verdaderos colores este fin de semana:
En un discurso a la Asociación de Médicos Católicos italianos, Francisco explicó que “existe un pensamiento dominante que propone, a veces, una falsa compasión, que retiene que sea una ayuda a la mujer favorecer el aborto”.
También denunció que se considere “un acto de dignidad procurar la eutanasia”, así como “una conquista producir un hijo como un derecho, en vez de entenderlo como un don”, y “usar vidas humanas como conejillos de indias para salvar presumiblemente otras”.
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Respecto a la eutanasia, subrayó que poner fin a la vida de un enfermo es “decir no a Dios, al considerar que el final de la vida lo decido yo”, y aseguró que se trata de “un pecado contra Dios creador”.
Que una mujer pueda desarrollar su plan de vida sin un hijo no deseado que trunque sus sueños y oportunidades y sin decirle lo que puede hacer o no con su cuerpo es la más real de las compasiones.
Decir que las células madre son vidas humanas es maniqueísmo producto de la ignorancia esencialista: la vida humana se desarrolla de manera gradual. No es el todo o la nada.
Y en cuanto a que con la eutanasia se niega a dios: pues sí, es un derecho de cada persona. Se le llama libertad de conciencia y de cultos — ¿y qué tiene de compasivo imponerle un dios a un moribundo o a alguien sufriendo intensos dolores?
(vía Martín Caicedo | Imagen: Catholic Church (England and Wales) via photopin cc)