En abril, una encuesta de Latinobarómetro mostró que el catolicismo baja en América Latina.
El Pew Research Center acaba de publicar una encuesta similar, en la que entrevistó a 30.000 adultos en 19 países — los resultados confirman la tendencia:
En general, el 84% de los adultos de América Latina informan que fueron criados como católicos, 15 puntos porcentuales más de los que en la actualidad se identifican como católicos. El patrón se invierte entre los protestantes y las personas que no se identifican con ninguna religión: Mientras que la Iglesia Católica ha perdido adeptos mediante la conmutación religiosa, tanto las iglesias protestantes como la población religiosamente no afiliada en la región han ganado miembros. Sólo uno de cada diez latinoamericanos (9%) fueron criados en iglesias protestantes, pero casi uno de cada cinco (19%) ahora se describen a sí mismos como protestantes. Y mientras que sólo el 4% de los latinoamericanos fueron criados sin una afiliación religiosa, el doble (8%) son no afiliados hoy.
Este reporte trae un aparte interesante sobre la desafiliación religiosa:
El panorama religioso de América Latina está siendo remodelado, no sólo por las personas que han cambiado de católicos a iglesias protestantes, sino también por aquellos que han renunciado a cualquier afiliación con la religión organizada. La categoría incluye a los individuos no afiliados que se describen como ateos, agnósticos o sin ninguna religión en particular.
Uruguay alberga el mayor porcentaje de adultos no afiliados religiosamente en América Latina (37%), aproximadamente el doble de la proporción de personas no afiliadas en cualquier otro país de la región.
En toda América Latina, así como entre los hispanos en Estados Unidos, la mayoría de las personas que son no afiliadas dicen que no tienen ninguna religión en particular en lugar de describirse a sí mismos como ateos o agnósticos. Aproximadamente uno de cada diez o más adultos en Uruguay (24%), República Dominicana (18%), El Salvador (12%) y Chile (11%) dicen que no tienen ninguna religión en particular. En Estados Unidos, el 15% de los hispanos entran en esta categoría.
Si bien los no afiliados también hemos aumentado, el cambio de católico a protestante nos deja mucho peor que antes. La encuesta también reveló que los protestantes están más comprometidos religiosamente que los católicos (muchos de los cuales son no-practicantes). Esto se traduce en un recrudecimiento de la homofobia, la ateofobia, el machismo, toda la intolerancia asociada y el conservatismo social, que han sido los ingredientes claves para que la región permanezca sumida en el atraso cultural y el subdesarrollo.
El nombramiento de Francisco como jugada de relaciones públicas de la Iglesia Católica fracasó estrepitosamente. Lo paradójico es que esto garantiza la discriminación que propios fieles católicos estaban empezando a rechazar.
(vía The New York Times | Imagen: iamjunko via photopin cc)