Esta es la quinta entrevista de la serie de perfiles ateos.
Carlos Palacio, Pala, es un médico colombiano que prefirió dedicarse al mundo de la música y la cultura. Su discografía abarca siete álbumes y un DVD en formato sinfónico, es autor de un libro de sonetos y ha recibido varios premios y distinciones, entre los que cabe destacar el Premio Nacional de Música. Desde diciembre del 2013 tiene una columna periódica en Las 2 Orillas.
David Osorio: ¿Hace cuánto y cómo volviste a ser ateo?
Pala: La pregunta está planteada de un modo maravilloso.
Todos nacemos ateos y sólo creemos en una deidad porque nos es inculcada la creencia en la infancia. Así que declararse como ateo no es más que regresar a ese estado original.
En mi caso entendí por completo que me había situado del lado de quienes positivamente negaban la existencia de un dios, hace apenas unos ocho o diez años. Dudo en la fecha porque no te acuestas un día como agnóstico y te levantas al siguiente como ateo. Es un proceso gradual y progresivo de toma de consciencia.
David Osorio: ¿Cuál es tu mito favorito sobre el ateísmo?
El que señala que los ateos no podemos ser moralmente confiables.
David Osorio: ¿Qué es lo que más disfrutas de no creer en ningún dios?
Pala: La liviandad que me produce el no tener que rendir cuentas más que a mí mismo y la deliciosa responsabilidad que de eso se deriva.
David Osorio: ¿Qué sitios ateos/escépticos/de divulgación recomiendas? ¿Alguna razón particular?
Pala: Mi favorito es el sitio de la Fundación Richard Dawkins para la Razón y la Ciencia.
Combina de manera espléndida una estructura atractiva con una solidez científica y conceptual a toda prueba.
David Osorio: Define “religión” en una frase.
Pala: Es el más pesado lastre evolutivo del género humano.
David Osorio: ¿Qué es la fe y qué piensas de ella?
Pala: Tener fe es creer en algo en ausencia de evidencias.
Desde esa perspectiva, la fe ocupa el lugar opuesto a la razón, obstaculiza el desarrollo de un pensamiento crítico y, contrario a lo que nos intentan vender sus defensores, se sitúa en un escenario que imposibilita cualquier interacción con la ciencia.
David Osorio: ¿Qué es lo peor de la religión?
Pala: Que asume como un tema menor el adoctrinamiento de los niños y que consigue sembrar pensamientos y actitudes de discriminación y odio aún en las personas esencialmente buenas.
Lo dijo de un modo aplastante el premio Nobel de Física Steven Weinberg: “Con religión o sin ella hay gente buena haciendo el bien y gente mala haciendo el mal. Pero para que la gente buena haga el mal, se necesita la religión”.
David Osorio: ¿Qué hacer con el problema religioso de Colombia?
Pala: La divulgación científica es esencial.
La transmisión de un espíritu escéptico a las nuevas generaciones es una labor que, todo parece indicar, no va a asumir el estado, pese a la declaración oficial de su carácter laico.
Por eso a los civiles mismos, a los escépticos, nos asiste la obligación de cuestionar y denunciar la falacia religiosa.
David Osorio: ¿Tienes alguna anécdota relacionada directamente con tu escepticismo que nos puedas compartir?
Pala: Hace algunos años, en un conocido mercado de libros nuevos y usados, en el Parque Rivadavia de Buenos Aires, pregunté de un modo muy inocente a una vendedora (bastante joven y bonita, por demás), si tenía alguna edición del libro Por qué no soy cristiano, de Bertrand Rusell.
La chica abrió los ojos sorprendida y respondió:
-¡No vendo libros con títulos estúpidos!
Yo inmediatamente di por cancelada cualquier posibilidad de conversación inteligente y simplemente me alejé mientras le señalaba la portada de un libro cuyo título era ¿Quién se ha llevado mi queso?.
David Osorio: En tus palabras, ¿qué es el laicismo y por qué es importante?
Pala: Es el mayor logro alcanzado en el proceso de la estructuración de las sociedades humanas: la separación de la Iglesia y el Estado.
Es la herramienta que quita las garras y los dientes al poder religioso.
No debemos llamarnos a errores: la única diferencia entre, por ejemplo, la Iglesia Católica de occidente y los movimientos fundamentalistas islámicos radica en que estos últimos ostentan el poder político dentro de sociedades que no incorporaron los logros de la Ilustración.
No tengo la menor duda de que sin la camisa de fuerza del laicismo, la Iglesia Católica se comportaría exactamente como los talibanes. Y no lo dudo porque así ha sido en la totalidad de los momentos históricos en los que ha ostentado el poder político.
David Osorio: Cuentas que tu formación médica te abrió los ojos a la maravilla de la ciencia, sin embargo, muchos profesionales de la salud —posiblemente algunos de los que tomaron tus mismas clases— se apuntan hoy a toda una oferta de posgrados-estafas en pseudociencias peligrosas como la homeopatía, el reiki, la quiropraxis, la ‘medicina’ ‘tradicional’ china y otras sandeces. ¿A qué crees que se debe esta diferencia entre tu formación científica y que muchos de tus colegas caigan víctimas de los timos pseudocientíficos?
Pala: A que no es lo mismo tener una formación académica que someter al escrutinio crítico y estrictamente científico nuestros pensamientos y creencias.
En esa esfera los médicos no son diferentes a los profesionales de otras disciplinas: son susceptibles a las supersticiones como cualquier otra persona y como la gran mayoría, desean encontrar rutas fáciles para problemas complejos, lo que muy comúnmente los lleva a desconocer los límites de lo conseguido por el conocimiento tradicional y a abrazar, por ello mismo, a pseudociencias sin fundamento.
David Osorio: De cinco a diez años para ser un médico y viene un vendedor de humo a decir que dios le dio poderes sanadores y ridiculeces similares, ¿sabes de algo que estén haciendo los médicos para que estos charlatanes dejen de ser equiparados con verdaderos profesionales de la salud?
Pala: La respuesta a esta pregunta es la misma que para la pregunta anterior.
Hay dignos ejemplos de profesionales médicos que levantan la voz contra las charlatanerías en boga, pero mientras las academias médicas sigan jugando al “diálogo” con las pseudociencias, los pacientes seguirán corriendo el peligro de ser captados y estafados por los promotores de disciplinas sin fundamento científico.
David Osorio: ¿Tienes canciones blasfemas y/o antirreligiosas? ¿Cuáles?
Pala: La pirotecnia antirreligiosa atraviesa todos mis discos. Más que hablar de las canciones, dejo algunos links.
No te lo paso (Un amistoso ajuste de cuentas con dios)
David Osorio: ¿Has compuesto canciones que promuevan el escepticismo, el pensamiento crítico y la ciencia o que denuncien las pseudociencias y las teorías de la conspiración?
Pala: Acá dejo una.
David Osorio: ¿Conoces a Tim Minchin? ¿Qué piensas de él y de su obra?
Pala: Conozco su obra y lo admiro profundamente.
La ironía y la ridiculización son dos herramientas potentes contra la religión.
David Osorio: Sé que te han comparado con Fernando Vallejo con ánimo de elogiarte, pero sé que Vallejo no es para todo el mundo; ¿qué opinión te merece?
Pala: La comparación es muy halagadora pero, por supuesto, insensata.
Vallejo es un panfletario con una prosa inmejorable. Yo lo admiro por su capacidad incendiaria y por su manejo impecable del lenguaje.
David Osorio: ¿Cómo ha sido la experiencia de ser columnista en Las 2 Orillas?
Pala: Ha sido una experiencia muy valiosa e inesperada.
Me lo ofreció una prestigiosa periodista nacional, amiga personal. Y ha sido un viaje sorprendente.
La recepción del público, dados los temas que trato, es bastante predecible: fluctúa entre la acogida calurosa y el insulto aleve. Sin embargo tengo una herramienta infalible contra las respuestas de los lectores (las agresivas y las aduladoras, que son tan o más peligrosas): no las leo.
David Osorio: Las 2 Orillas fue uno de los medios que promovieron el infundado pánico antivacunas más temprano este año, ¿cómo recibiste esa publicación? ¿les dijiste algo?
Pala: Lo que más valoro de Las 2 Orillas es su genuina apertura a la pluralidad de visiones.
Es decir, ¡tengo como compañero de publicación a Fernando Londoño!
Eso habla muy bien de un medio de comunicación.
Lo otro, esa elaboración del concepto final sobre cualquier tema por parte del público, es —o debe ser— resultado de la comparación entre posturas contrarias. Y más que cuestionar a un medio por la publicación de posturas que considero erradas, mi papel es contribuir a la discusión aportando mi punto de vista.
David Osorio: Antonio Vélez insinuó que tal vez los columnistas ateos de vieja escuela no usan sus tribunas para exigir que se respete el laicismo porque lo considerarían una causa pérdida. ¿Cuál es tu postura al respecto? ¿Veremos alguna vez una denuncia tuya sobre la violación sistemática de la separación de Estado e iglesias en Colombia?
Pala: ¿Mi postura?
Podría alinearme perfectamente entre quienes creen que la lucha a favor del laicismo en Colombia está perdida. Al menos estoy dispuesto a reconocer que no veremos sus frutos en el corto plazo. Pero ese reconocimiento no invalida la posibilidad de seguir denunciando los atropellos al carácter laico del estado.
¿Una denuncia mía?
Cada vez que toco el tema en mi columna, no hago otra cosa.
David Osorio: ¿Cuál ha sido la forma de irracionalidad más descarada que has presenciado en el Estado?
Pala: Asisto a ella a diario y cada vez más sorprendido por su perpetuación.
Me refiero a la permisividad del Estado (supuestamente laico) con esa forma de abuso infantil que representa el adoctrinamiento de los niños en las creencias religiosas.
David Osorio: Estudiaste música en el Instituto Superior de Artes de La Habana. ¿Cómo fue esa experiencia?
Pala: Enriquecedora y maravillosa.
David Osorio: ¿Qué opinión te merece el régimen de los Castro?
Pala: Todas las teocracias, esos regímenes construidos a partir de la adoración de figuras teóricamente infalibles e incuestionables en la práctica (definición en la que encaja el gobierno cubano actual), me resultan indefendibles.
David Osorio: Tú libro, Pasacintas, es una colección de 77 sonetos tuyos. Los que he leído me han gustado mucho y ahora tengo el libro en mi wishlist. De esos 77, ¿cuáles son los que más te gustan, cuáles debo leer apenas tenga el libro en mis manos?
Pala: Mis preferidos son Se parecía a vos y No me beses.
David Osorio: ¿Qué viene de Pala en el 2015?
Pala: Han sido tres años con un lanzamiento en cada uno y una serie de viajes extenuantes por más de diez países.
Espero tener un 2015 más reposado y dedicado más a la escritura que a las canciones.
David Osorio: ¿Cuál es el logro del que estás más orgulloso?
Pala: El logro que más me enorgullece es el de tener en casa dos gatas hermosas a las que puedo garantizarles una vida sin conocer la intrínseca maldad de los seres humanos.
David Osorio: Persona a quien admires mucho, ¿por qué?
Pala: A Piedad, mi compañera, por su estatura intelectual y su forma de ser muchas mujeres en una.
David Osorio: Háblanos de tu libro favorito.
Pala: No tengo un libro favorito. Una selección de ese tipo es injusta en su esencia.
David Osorio: ¿Qué estás leyendo en este momento?
Desde hace un año estoy volcado a la poesía y al ensayo.
Poetas: Carilda Oliver (mi preferida de siempre), Sabines, Borges, Alexis Díaz Pimienta, Darío Jaramillo Agudelo, Piedad Bonnett, por mencionar algunos.
Ensayistas: Daniel Dennett, Richard Dawkins, Michel Onfray, por nombrar los primeros que vienen a mi cabeza.
David Osorio: ¿Qué es lo que más disfrutas de la vida?
Pala: Estar vivo.
David Osorio: ¿Cuál es tu comida favorita?
Pala: Todas las formas de pescado crudo.
David Osorio: ¿Qué te gustaría hacer/conseguir antes de morir?
Pala: Mantenerme efectiva y conscientemente vivo.
David Osorio: Frase que le quieras dejar a los lectores (tuya o de alguien más).
Pala:
“No existe una forma amable de sugerir a alguien que ha dedicado su vida a una locura”
-Daniel Dennett
David Osorio: ¡Muchas gracias por tu tiempo!
Pala: A vos.
Para conocer todo el trabajo de Pala pueden visitar su página oficial. A finales de octubre y mediados de noviembre, Pala se presentará en Barranquilla, Medellín y Bogotá como parte del tour de su disco Maleviaje. Los invito a seguir a Pala en Facebook y Twitter. También pueden visitar palabraspala, blog donde Pala consignaba sus opiniones antes de la columna.