Los islamistas hablan a los jóvenes en la calle y los llevan a conferencias para reclutarlos en el salafismo. Y quieren imponer sus normas sobre estas personas:
► Prohibido el alcohol.
► Prohibido apostar.
► Prohibida la música y los conciertos.
► Prohibidas la pornografía y la prostitución.
► Prohibidas las drogas y fumar.
La pandilla, recién creada en Wuppertal, patrulla por discotecas y salones de videojuegos buscando jóvenes musulmanes.
Ya hemos visto los efectos devastadores de la sharía en Inglaterra.
Esperemos que Alemania corra con mejor suerte.
(vía Why Evolution Is True | Imagen: Bild)