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Los testigos y la fragilidad de la memoria

Desde que leí El mundo y sus demonios de Carl Sagan quedé con la impresión de que las evidencias testimoniales pueden ser un arma de doble filo y terminar en condenas de inocentes.

Las recientes lecturas de neurociencia han ayudado a fortalecer esa creencia, y parece ser que no soy el único con inquietudes al respecto.

Con una postura racional y científicamente informada, Ani Aharonian sale en defensa de los testimonios, en oposición a la corriente que se ha venido gestando:

Hace mucho tiempo los investigadores de la memoria habrían acabado con el contexto del ordenamiento jurídico, cuando se estableció por primera vez que la memoria de los testigos puede ser inexacta y poco fiable. Pero la literatura no apoya este punto de vista tan negativo de la memoria. Si nuestros recuerdos fueran tan pobres tendríamos graves problemas de funcionamiento en el día a día y no sería posible para la persona común vivir felizmente ignorante de la potencial fragilidad de la memoria. El trabajo de Elizabeth Loftus sobre falsos recuerdos nos muestra que los falsos recuerdos son posibles (por ejemplo, un cuarto de los participantes reportó un evento falso en el famoso estudio “Perdido en un centro comercial“, de Loftus y Pickrell, 1995), pero no que los falsos recuerdos sean tan dominantes que nunca debamos confiar en nuestros recuerdos. “No hacemos ninguna afirmación sobre el porcentaje de personas que podrían ser engañadas así, sólo que estos casos proporcionan una prueba de la existencia del fenómeno de la formación de falsos recuerdos” (Loftus, Coan, y Pickrell, 1996; p.207)

Mucho antes de que Loftus incluso comenzara su trabajo sobre el efecto de la desinformación y más tarde sobre los falsos recuerdos, Hugo Munsterberg (1908) había señalado la posibilidad de la inexactitud en la memoria de los testigos. Podríamos haber cancelado los testigos oculares como algo sin solución y luego pasado a otros problemas. En cambio, desde entonces Munsterberg y los investigadores de testigos oculares han pasado décadas tratando de identificar qué factores influyen en la precisión en un esfuerzo por ofrecer soluciones más prácticas para minimizar las imprecisiones en el testimonio de testigos y en las identificaciones a la vez que contribuyen a una mejor comprensión de la naturaleza de la memoria en su conjunto.

Mientras que la confianza, el detalle y la intensidad no predicen la precisión, los investigadores de testigos presenciales han estado explorando la influencia de un sinnúmero de otras variables. Hemos identificado algunos factores relacionados con la exactitud que no podemos controlar (denominados variables de estimación, véase Wells, 1978) pero, no obstante, son útiles para tenerlos en cuenta, ya que señalan en qué casos la memoria de los testigos es más propensa a errores como, por ejemplo, una pobre iluminación, una exposición corta al culpable, el estrés, la intoxicación del testigo, la presencia de un arma, la falta de coincidencia entre la raza del testigo y la del culpable, etc. También se han explorado otros factores que pueden influir en la precisión y están bajo el control del sistema legal (denominados variables del sistema): si a los testigos se les muestran los libros de fotos policiales, los retratos hablados, las instrucciones específicas de la alineación, la composición de la alineación tal como el número de personas incluidas y cómo fueron seleccionadas las de relleno, el formato en que se presenta la alineación (por ejemplo, de forma simultánea o secuencialmente), la administración ciega, etc. Todas estas variables están en juego y esto es lo que forma la complejidad que requiere una mayor familiaridad con la investigación primaria.

En cuanto a la investigación de la identificación de testigos, Wells y Loftus (2003) dicen específicamente que “La principal lección de la labor de identificación de testigos presenciales es que las tasas de identificación erróneas pueden ser muy altas en determinadas condiciones y muchas de estas condiciones en realidad podrían ser evitadas con el uso de procedimientos científicos para las alineaciones“, p.150. Esta investigación ha ayudado a informar las directrices y recomendaciones importantes de las agencias policiales; un comité de expertos reunidos por el Departamento de Justicia publicó un conjunto de directrices para la aplicación de la ley (Grupo de Trabajo Técnico para la Evidencia Testimonial, 1999). Cada vez más jurisdicciones (estatales y locales) están adoptando reformas destinadas a mejorar la precisión y fiabilidad de las identificaciones de testigos presenciales y los testimonios; por ejemplo, aproximadamente el 32% de las fuerzas del orden han cambiado a un procedimiento de formación secuencial (Foro de Investigación Ejecutiva de la Policía, 2013).

La memoria es maleable y, sin duda, es reconstructiva, pero esto no quiere decir que no se pueda confiar nunca en el testimonio de testigos o que no sean valiosos en la corte. Pueden serlo… SI se cumplen ciertas condiciones.

(Imagen: Kalexanderson via photopin cc)

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