El concejal y pastor cristiano Marco Fidel Ramírez ha sido un incansable promotor de la intolerancia y la discriminación — sus intervenciones siempre están cargadas de homofobia y ateofobia.
Tras la muerte de Sergio Urrego, Ramírez publicó un mensaje de pésame en sus redes sociales:
Lamento profundamente el suicidio de #SergioUrrego . Un inmenso abrazo solidario para toda su familia. Que tragedia. CONCEJAL DE LA FAMILIA
¿Con qué cara le envía un abrazo a la familia de alguien a quien él mismo tachó de enfermo?
Con sus mensajes de odio, Ramírez ha instigado la discriminación contra ateos y homosexuales y, ahora que uno se ha suicidado porque el colegio donde estaba le dio precisamente el tratamiento Marco Fidel Ramírez, este no puede venir a decir, así tan fresco, que lo lamenta.
Lo lamentamos nosotros, las comunidades atea, LGBTI y anarquista, que perdimos a un valioso miembro por los prejuicios que Marco Fidel Ramírez y sus compinches se han dedicado a perpetuar día sí, día también.
Fueron las prédicas de Marco Fidel Ramírez —y de sus colegas— las que fueron oídas y aplicadas en el Gimnasio Castillo Campestre.
Nadie necesita el mezquino lamento de Ramírez. Si realmente lo lamenta, que empiece a respetar el estado laico y los derechos de ateos y homosexuales.
Hasta entonces, sus lamentos sobran, porque son falsos (como demostró en su siguiente publicación en redes, donde volvió a defender la ‘familia natural’).
(vía Ferney Rodríguez y Laura Pérez)