El lunes 4 de agosto, Sergio Urrego, un brillante estudiante de 16 años se suicidó, saltando de la terraza del centro comercial Titán Plaza.
Sergio fue discriminado y matoneado en su colegio, el Gimnasio Castillo Campestre, institución dedicada al reclutamiento infantil en la superstición católica, que se puso como objetivo institucional hacerle la vida imposible al muchacho. ¿La razón? Sergio era gay y ateo.
La desgarradora nota de El Espectador pone de manifiesto el desprecio que tenían por el que era su mejor estudiante de 11:
El 4 de agosto de 2014, Sergio se bañó a las 7:00 p.m., le mostró el uniforme de su nuevo colegio a la persona que cuida a su abuela y salió de la casa. Dejó la comida servida. Llegó al centro comercial Titán Plaza y tras cruzar varios mensajes de despedida con amigos se lanzó de la terraza. Falleció tres horas después en la Clínica Shaio de muerte cerebral. El viernes 8 de agosto fue el funeral. Una de sus compañeras, que pidió proteger su identidad, recuerda que ese día fueron 40 de los 42 estudiantes de 11° grado del colegio. A la semana siguiente, el martes 26 de agosto, a los estudiantes los citaron a una reunión. La psicóloga les pidió que fueran discretos con el suicidio de Sergio. La rectora [Amanda] Castillo les dijo que como no habían pedido permiso para ir al velorio, tenían que reponer el día el próximo sábado. En la reunión nunca escucharon que la rectora lamentara la muerte de Sergio, pero sí que se refirió a él como “anarco”, ateo y homosexual.
¿Y qué si era anarquista, ateo y homosexual? ¿Cómo justifica algo de eso el matoneo, el hostigamiento, la discriminación y la mentira?
La Unión Libertaria Estudiantil informa que la Fiscalía adelanta investigaciones por un presunto homicidio culposo. Supongo que harán parte de la investigación Amanda Castillo (la rectora), Mauricio Ospina (el profesor que empezó el hostigamiento) e Ivón Cheque (la psicóloga).
Uno esperaría que la investigación también incluya a los padres de Danilo Pinzón, exnovio de Sergio, quienes, tras enterarse de la orientación sexual de su hijo, tuvieron la brillante idea de denunciar al papá de Sergio inventando que éste abusaba de él y que Sergio, en consecuencia, acosaba a Danilo (???).
Una vida más que la religión sega con su intolerancia. Por esto es que los colegios religiosos son una mala idea — hay colegios para humanistas, donde la prioridad es el conocimiento, no infectar a los niños con las abusrdas doctrinas religiosas.
(Imagen: Unión Libertaria Estudiantil)
