Kien y Ke tiene un gran reportaje sobre las iglesias que alteran el tráfico en Bogotá:
Se calcula que en Bogotá existen más de cinco mil iglesias cristianas. Vecinos de los barrios La Castellana y Santa Paula, como Leandro Díaz, denuncian que muchos de los feligreses que se reúnen en estos templos los fines de semana parquean mal sus vehículos; mientras que las iglesias manipulan a su antojo y beneficio la movilidad del sector. Las quejas van en aumento porque los domingos, cuando se celebra el culto más importante del cristianismo, se han convertido en una verdadera pesadilla.
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Otro afectado por la crisis de movilidad generada por las iglesias es la clínica veterinaria Zoovida, que presta el servicio de urgencias y está ubicada en el barrio Santa Paula. Sus administradores manifiestan que en una ocasión el dueño de un perro, que necesitaba atención inmediata, tuvo que dejar el carro a una cuadra y caminar con el animal en sus brazos hasta el centro veterinario porque los carros impedían el paso del vehículo.
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[Para su vocero,] El Lugar de Su Presencia no realiza ningún tipo de modificación a la movilidad, especialmente los días de culto. Confirmó que no se modifica el sentido de las vías cerca al templo e insisten en que la iglesia solo tiene un grupo de apoyo dentro del Plan de Emergencias para orientar a los feligreses.
Sin embargo, una fotografía tomada por KienyKe.com demuestra lo contrario. Es posible ver a personal de la iglesia con una paleta de tránsito dando paso a los carros. “De acuerdo a la capacitación recibida por parte de la Secretaría de Movilidad, actualmente no utilizamos ningún tipo de herramienta”, indica el vocero.
Las quejas contra la iglesia ‘El lugar de su presencia’, del homofóbico pastor Andrew Corson, vienen desde hace años. Su director administrativo había prometido tomar medidas, pero tal parece que sólo fue para la nota de prensa.
Si los creyentes quieren ir a culto, bien pueden hacerlo, pero no tienen que afectar la movilidad de los demás. Va siendo hora de que las autoridades tomen cartas en el asunto y hagan respetar el espacio público — así se hizo en Pereira.
Quiero pensar que los creyentes cumplen las leyes porque les nace y no sólo porque los obligan; ojalá me den la razón.
