Hace un año supimos que el estado quería hacer un día festivo de Laura Montoya, figura de reverencia del mito católico.
Pues Miguel Ángel Garcés demandó esa ley. Entonces, el ultrafanático procurador Alejandro Ordóñez presentó una disparatada defensa de ese engendro legislativo:
Ordóñez cree que, si bien la Constitución colombiana del 91 determina que el Estado no tiene religión alguna, dice que la esencia de la Constitución colombiana es afín al cristianismo.
“En suma una buena parte de las decisiones más importantes del constituyente en Colombia encajan dentro de la cosmovisión cristiana”, señaló. Y resaltó: “Reconocer como cultura la religión mayoritaria de los colombianos, no implica necesariamente que las minorías religiosas o no religiosas vayan a ser necesariamente pisoteadas o sus derechos desconocidos”.
Ordóñez dejó en claro que los creyentes de la religión católica no pueden ser discriminados y que las creencias religiosas no deben ser excluidas del debate público.
Jajaja, la Constitución, que permite que las mujeres se divorcien, la libertad de cultos, la blasfemia y prohíbe la esclavitud… ¿es afín al cristianismo? Mira por dónde.
Que las decisiones del constituyente encajen en la ‘cosmovisión cristiana’ (?) es irrelevante. Un error no es mejor sólo porque sea tradición — el privilegio religioso perpetúa la discriminación.
En cambio, reconocer la religión mayoritaria en Colombia como cultura sí implica un pisoteo y desconocimiento de los no-católicos. Yo no trabajo ni pago mis impuestos para subvencionar la superstición de Ordóñez.
Ojalá la Corte tome la decisión correcta. Y que alguien por favor le dé una medalla a Miguel Ángel Garcés.
