En el proceso de ‘paz’, la Iglesia ha tenido un trato privilegiado que ha costado derechos ciudadanos.
Y el Gobierno sigue dándoles prerrogativas especiales, como si fueran parte del Estado:
El jefe del equipo negociador del Gobierno en La Habana, Humberto De la Calle, confirmó que la Iglesia Católica se vinculará formalmente a los diálogos de paz con las Farc.
La idea es que la Iglesia acompañe al Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional y la ONU en la presencia de las víctimas que viajarán a La Habana.
¿Por qué no vinculan también a los budistas y sikhs? ¿Acaso no cuentan las iglesias evangélicas?
¿Qué tiene que ver la Iglesia con las víctimas? Sí, muchas pueden ser católicas — también lo son muchos de sus victimarios. Colombia es un estado laico y eso no cambia según las creencias religiosas de ninguna parte involucrada en el conflicto; no hay un buen motivo para que la Iglesia se inmiscuya en todo esto.
De hecho, hay motivos de peso para no involucrar a la Iglesia: la probabilidad del fracaso aumenta con la homogeneidad religiosa, y disminuye con la diversidad. ¿Santos está saboteando su propio proceso?