Una gran revisión de la evidencia disponible [PDF] repite lo que ya sabíamos:
Nuestros hallazgos pueden disipar algunas inquietudes de los pacientes, cuidadores y proveedores de atención de la salud. La fuerza de la evidencia es alta en que la vacuna triple vírica no está asociada con la aparición de autismo en los niños; esta conclusión apoya los resultados de todas las opiniones anteriores sobre el tema. También hay fuertes evidencias de que las vacunas triple vírica DTaP, Td, Hib y contra la hepatitis B no están asociadas con leucemia infantil.
Se encontró evidencia de una asociación de varios efectos secundarios graves con vacunas; sin embargo, estos eventos son sumamente raros: el riesgo absoluto es bajo. Por ejemplo, la fuerza de la evidencia es moderada para la asociación de las vacunas contra el rotavirus con la intususcepción.
Los antivacunas satanizan los efectos secundarios de las vacunas (con mentiras, además); el problema es que con cualquier medida de salud, lo que se debe es valorar el riesgo-beneficio, no los efectos secundarios.
Todas las actividades humanas conllevan riesgos — no existe nada libre de riesgo, ni siquiera el más seguro de los tratamientos. Hay que aprender a administrar los riesgos, por ejemplo, haciendo un uso adecuado del principio de precaución y ponderaciones de riesgo vs. beneficio con la mejor evidencia disponible; no con miedo.
Los logros de las vacunas son contundentes.
