Primero la Procuraduría intentó imponer la abstinencia como política de estado.
Ahora, es el fundalunático pastor-concejal Marco Fidel Ramírez, que no se cansa de ponerse en ridículo:
El Concejo de Bogotá hundió por 8 votos en contra y 5 a favor, un Proyecto de Acuerdo que pretendía establecer acciones de prevención para mitigar la promiscuidad y el libertinaje sexual en niños y adolescentes de las instituciones educativas del Distrito, de autoría del concejal Marco Fidel Ramírez.
Los cabildantes aseguran que la iniciativa es un irrespeto con la niñez bogotana, pues a su juicio el proyecto considera que los establecimientos de educación pública del Distrito son centros de promiscuidad.
Ahh, ‘libertinaje’, la palabrita mágica con la cual van amputando libertades ajenas.
Y es que la abstinencia no funciona. La mejor única manera de reducir los embarazos y, ya puestos, la transmisión de ETSs en menores (y mayores) de edad es con educación sexual y fácil acceso a anticonceptivos.
Pero a Ramírez eso no le importa, porque él realmente quiere es imponer su superstición, y le trae sin cuidado la salud y el futuro de los niños – no es de extrañar que sea de los peores concejales.