La Santa Inquisición y la Universidad de la Sabana (centro de adoctrinamiento del Opus Dei) publicarán un patético intento para que la abstinencia sea la política pública de formación de los adolescentes:
En el informe, por ejemplo, se pueden leer conclusiones como estas: “Si el joven cuenta con una estructura familiar conformada por papá y mamá —se lee en el informe de la Sabana—, si le da importancia a la religión en la vida y si los padres supervisan sus actividades disminuye el chance de tener relaciones sexuales”. O: “Los jóvenes que cuentan con supervisión parental, con una familia funcional y le dan importancia a la religión en su vida tienden a presentar bajo consumo de sustancias tóxicas”.
Ahh, promoviendo el reclutamiento infantil y diciendo que es bueno. Tenían que ser cretinos religiosos. Los verdaderos expertos le han salido al paso a esta aberración:
“No conozco estudios que revisen la religión como un factor protector del inicio de las relaciones sexuales. En mi interpretación, cuando se le inculca a un niño una postura donde el sexo es pecado, es aceptada, pero temporalmente, y no es sostenible en el tiempo, como pasó en EE.UU. cuando se delegó a varias ONG de corte religioso para promover la abstinencia. Se debe formar es un adolescente con pensamiento crítico que le permita saber qué decisiones lo favorecen y cuáles no” [dice el consultor en educación para sexualidad Diego Arbeláez].
“Este es un Estado laico, y la educación sexual no puede ir de la mano de creencias religiosas”, recuerda Germán Rincón, abogado especialista en temas de género.
Además, afirma Yolanda Puyana, profesora especial del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Nacional, “no se puede confundir la religión con la ética, ni desconocer el trabajo que viene haciendo el Ministerio de Educación desde 1999. También llama la atención la división entre jóvenes liberales (que tienen relaciones con sus parejas) y tradicionales, y familias funcionales y disfuncionales. Para hacer esos análisis sociológicos hay que tener una visión holística que integre muchos más factores sociales, porque es muy fácil hacer correlaciones entre dos factores y sacar un conclusión afirmativa”.
Es que se trata de los sesgos. Los ultramontanos se están inventando datos que sirvan a su propósito de envenenar la política pública con las idioteces católicas.
A pesar de lo obvio de su deshonestidad intelectual, Victoria Cabrera, la líder de la ‘encuesta’ tiene los ovarios para salir y decir que dejaron toda subjetividad atrás y que fueron críticos y objetivos.
Por lo menos, en mi casa me enseñaron a no mentir para conseguir mis propósitos. No se puede decir lo mismo de los hogares de estos píos y católicos autores del proyecto.
