Con la bendición del Vaticano —nunca mejor dicho— los obispos de Italia han adoptado una nueva política en relación con sus obligaciones de reportar el abuso de menores a la policía:
Los obispos italianos han adoptado una política de abuso sexual respaldada por el Vaticano que dice que no tienen la obligación de informar a la policía si sospechan que un niño ha sido abusado sexualmente.
La Conferencia Episcopal Italiana dijo que las directrices publicadas el viernes reflejan las sugerencias de la oficina del Vaticano que se encarga de las investigaciones de abuso sexual.
Las víctimas han denunciado durante mucho tiempo cómo los obispos encubrieron sistemáticamente los abusos por parte de sacerdotes pederastas cambiándolos de parroquia, manteniendo a los fiscales en la ignorancia. Sólo hasta el 2010 el Vaticano instruyó a los obispos a que denunciaran el abuso a la policía — pero sólo cuando sea requerido por la ley.
El mismo Vaticano de siempre, protegiendo a sus criminales.