Por Steven Novella:
El yoga es una forma cada vez más popular de ejercicio en los EEUU. Según Yoga Journal más de 20 millones de estadounidenses usan el yoga como su forma de ejercicio. Como una forma de ejercicio el yoga es bastante sencillo, implica el estiramiento y mantener posturas que fortalecen los músculos. También conlleva los beneficios genéricos de cualquier ejercicio en términos de quema de calorías y la salud cardiovascular.
Sin embargo, el yoga es más que ejercicio – también viene con un ángulo “espiritual”. El término en sí se refiere a una serie de prácticas, originarias de la India antigua con el propósito de fortalecer la mente, el cuerpo y el espíritu. Por esta razón se ha convertido en un blanco popular para la comercialización de la última pseudociencia de la salud. De hecho, tendrás dificultades para encontrar una clase de yoga que no incorpore abiertamente algún grado de pensamiento ilusorio, la única pregunta realmente no es si, sino cuánto. Esto es lamentable, porque el yoga puede ser una alternativa eficaz para el ejercicio de bajo impacto.
Por ejemplo, existe alguna evidencia de que el yoga es eficaz en el alivio del dolor de espalda baja, aunque puede que no sea más eficaz que los cuidados habituales. Hay una ausencia de estudios de calidad que comparen el yoga con otras formas de ejercicio, por lo que puede que sólo estemos viendo los beneficios genéricos del ejercicio. Sin embargo, si las clases son divertidas y mantienen a la gente motivada para continuar con su régimen de ejercicio, eso es útil.
Por tanto, el yoga se inscribe en un fenómeno más general de la comercialización de una intervención específica como si tuviera beneficios específicos, cuando en realidad sólo tiene beneficios genéricos. Por ejemplo, hay muchos estudios que muestran que la meditación trascendental es eficaz para reducir la presión arterial. Sin embargo, los estudios generalmente comparan la MT con la no-intervención, no con otras formas de relajación. La interpretación parsimoniosa es que la MT confiere los beneficios genéricos de la relajación, pero no hay ninguna evidencia que sugiera que otorga algún beneficio específico.
Por consiguiente, antes de concluir que cualquier relajación tiene beneficios específicos necesitamos demostrar que tiene beneficios más allá de los de la propia relajación. Lo mismo es cierto para cualquier forma de ejercicio, cualquier forma de actividad mental para la cognición, y cualquier forma de masaje para la relajación muscular. Por lo tanto, es erróneo decir que “El yoga funciona para X, o tiene estos beneficios”, cuando la única evidencia muestra que el ejercicio tiene esos beneficios, y no hay nada de especial en el yoga como una forma de ejercicio.
Además de la comercialización de beneficios genéricos como si fueran específicos del yoga, los defensores suelen mezclar una dosis liberal de pseudociencia pura y misticismo. La mayoría de los practicantes de yoga que conozco esperan al menos una mención casual de la “energía” o alguna referencia similar de sus instructores de yoga y se conforman con simplemente ignorarlo. Algunos instructores, sin embargo, van mucho más allá de un pequeño escaparate místico. El siguiente e–mail que recibí de un practicante escéptico de yoga es típico:
Recientemente he estado tratando de bajar de peso; además de los cambios en la dieta, he estado haciendo más ejercicio, y junto con una rutina normal de gimnasio me he decidido a probar el yoga. Hice una búsqueda rápida en PubMed y no parecía haber indicios de que el yoga sea eficaz para perder peso. Durante las clases el profesor se sitúa en la parte delantera y acompaña las instrucciones sobre cómo hacer las poses con diálogos. Algunas de las cosas que dicen en estos diálogos llamaron la atención de mis oídos escépticos y son el motivo de este correo electrónico. Junto con los obligatorios “energía compartida” y “espíritu compartido” de los comentarios, que yo esperaba, hicieron algunas otras afirmaciones que tienen una toque pseudocientífico y esperaba que ustedes aclararme. Estas son algunas de las más memorables en ningún orden en particular, durante una pose de inclinarse dicen que estás apretando el páncreas/hígado esto aparentemente lleva la toxina y también dicen que puedes degustar las toxinas que salen de la boca (sabor descrito como de cloro), durante una pose de inclinarse hacia atrás doblando dicen que si uno mira hacia atrás tan lejos como pueda puede estirar el nervio óptico, en una pose en la que doblas los brazos torpemente dicen que acumulas la presión arterial y al soltar la misma presión la sangre se mueve con tanta intensidad a través de tus arterias que reventará la acumulación de placa, cerca del final tienen un ejercicio de respiración que afirman que está sacando todas las toxinas que al parecer el estiramiento ha llevado a los pulmones, en el proceso mencionan el aumento creciente de la densidad ósea y la resistencia de la articulación, por último, que el estiramiento de la espalda baja calma porque el estrés personal se acumula en los músculos/tejidos de la espalda baja. ¿Alguna de estas cosas es posible o es todo pseudociencia pura?
Ninguna de esas afirmaciones específicas se basa en la realidad. Desde luego, espero que los practicantes de yoga no estén exprimiendo sus hígados o páncreas, o que se estén estirando su nervio óptico. A los nervios no les gusta ser estirados – eso causa daño. Tampoco sería seguro llevar a cabo una maniobra que reversa el flujo de sangre y luego lo libera en una poderosa explosión. Esto tiene muchas más posibilidades de causar una hemorragia cerebral que fregar el sarro de tus arterias. En otras palabras, a los instructores de yoga más les valdría que todo lo que están afirmando sea mentira, o de lo contrario es probable que sean encontrados responsables de daño médico muy real.
Esto nos lleva a una pregunta muy importante sobre el yoga – ¿qué tan seguro es? Todas las intervenciones deben ser consideradas con base en la ponderación de riesgo vs beneficios. Si bien parece que el yoga trae consigo los beneficios genéricos del ejercicio, ¿cómo califica en términos de riesgo? Resulta que no muy bien – pero, por supuesto, depende de cómo se practique exactamente. Existe el riesgo de lesiones causadas por el yoga, como sucede con cualquier deporte o ejercicio significativo. Pero el yoga a menudo involucra poses que impulsan al practicante a los extremos. Hay informes, por ejemplo, de la disección de la arteria vertebral y accidentes cerebrovasculares subsecuentes por la excesiva rotación o extensión del cuello.
En un revelador artículo del New York Times, el profesor de yoga Glenn Black advierte que el yoga no es para la mayoría de la gente, sino que debe reservarse para personas que ya están en buenas condiciones físicas. Para el público en general, el riesgo de lesiones es alto, y a ellos se les debe dar ya sea rutinas muy básicas, o ejercicios dirigidos a sus problemas específicos. Esto estaría más en línea con lo que un fisioterapeuta haría para un cliente – evaluar sus necesidades y vulnerabilidades, y luego apuntar a los ejercicios que sean seguros y eficaces para ellas. Otros riesgos incluyen estirar demasiado los ligamentos, hernias de disco, y tensión en el cuello o la espalda.
El yoga también es susceptible a la modas de comercialización libre de evidencia. Hace poco me enteré del llamado “yoga caliente“, que es esencialmente yoga en un ambiente caluroso y húmedo. Tal ambiente puede ser propicio para la deshidratación y sobrecalentarse, pero no hay ninguna evidencia de que mejore el ejercicio o tenga ningún beneficio para la salud.
Conclusión
El yoga, si se practica con responsabilidad, parece ser una forma razonablemente eficaz de estiramiento y ejercicio. Sin embargo, no hay pruebas suficientes para concluir que es superior a ninguna otra forma de ejercicio de la misma duración e intensidad. Existen dudas acerca de la seguridad del yoga, ya que a menudo implica estiramiento extremo o poses que la persona promedio puede encontrar no sólo difíciles, sino físicamente perjudiciales. Por tanto, yo recomendaría cautela antes de comenzar una rutina de yoga. Si tienes alguna limitación física o condición médica, consulta a tu médico y primero considerara una evaluación de terapia física. Encuentra un instructor que parezca razonable y se base en la evidencia. Y no te sientas presionado para intentar poses que son dolorosas o parecen llevarte más allá de los límites físicos razonables.
Además – todo el pensamiento ilusorio místico y pseudocientífico que a menudo acompaña al yoga es contraproducente. Puede ser útil para la comercialización a los crédulos, pero tiñe toda la práctica con pseudociencia. Yo encontraría difícil confiar en la competencia de un instructor que piensa que una pose de yoga exprimirá las toxinas de mi hígado.
Sería bonito, pero quizás es esperar demasiado tener un movimiento de yoga basado en la ciencia – ejercicios basados en yoga sin el pensamiento ilusorio, y basados en la evidencia para maximizar la seguridad y la eficacia.