Mañana es el día del agua, y Bogotá tiene la absurda costumbre de cantarle al agua.
Este año no es la excepción:
Cada 22 de Marzo desde el año 2010, Cantoalagua celebra el día Mundial del agua con un canto simultáneo, reuniendo en un solo propósito cientos de personas a la misma hora, en diferentes lugares del planeta. Para el año 2013, 250 grupos en Colombia y en el mundo, se sumaron a éste propósito, uniendo la ciencia, el arte y la espiritualidad.
Cantandole al Agua, nos comunicamos con ella con el propósito de sanarla,usando el poder unificado de la intención desde nuestra Voz, Mente y Corazón.
A este frenesí de oligofrenia se ha unido la Alcaldía de Bogotá y este año en particular el evento es promovido por Canal Capital.
Como si no fuera suficientemente malo estar desperdiciando los recursos públicos en supersticiones, los organizadores se la han montado diciendo que es algo científico. Si ustedes están esperando estudios revisados por pares y publicados en revistas indexadas de amplia trayectoria, se quedarán esperando – cuando esta gente habla de ‘científico’ se refiere a sendos fraudes de Jacques Benveniste y Masaru Emoto, los mismos ‘científicos’ fraudulentos en los que se basan los charlatanes homeopáticos.
Desde el 2012, Cantoalagua se propuso para ‘curar’ y ‘sanar’ el río Bogotá (o sea, descontaminarlo). Pues, el canto no ha cambiado el nivel de contaminación, como cabe esperar de cualquier ritual oscurantista que se fíe del inexistente ‘poder’ de la palabra.
