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| Amarillo: No se necesita creer en dios para ser bueno. Verde: se necesita creer en dios para ser bueno. |
El Pew comparó estas creencias por países con la riqueza (en PIB) de cada país:
La encuesta también revela que los públicos de los países más ricos tienden a poner menos énfasis en la necesidad de creer en Dios para tener buenos valores que las personas en los países más pobres lo hacen. Dos países, sin embargo, se destacan como excepciones claras a este patrón: EEUU y China. Los estadounidenses son mucho más propensos que sus contrapartes económicas a decir que la creencia en Dios es esencial para la moralidad, mientras que los chinos son mucho menos propensos a hacerlo.
*Suspiro* Personas que todavía no entienden que la ética no es patrimonio de la religión.
La encuesta arrojó otro resultado curioso:
También existen brechas significativas en algunos países con base en la edad y la educación, en particular en Europa y América del Norte. En general, las personas mayores de 50 años y los que no tienen una educación universitaria son más propensos a vincular la moral a la religión.
Antes de seguir, recordemos que correlación no es causación, y aunque no se tuvo en cuenta el nivel de religiosidad ni de ateísmo, creo que Jerry Coyne tiene razón cuando comenta al respecto:
Aunque no veo ninguna conexión necesaria entre el ateísmo y la creencia en la reforma social —el tipo de reforma que hace a la gente más económica y socialmente estable, y proporciona atención médica patrocinada por el gobierno— está empezando a ser claro que si queremos eliminar la preponderancia de la religión en el mundo, tenemos que eliminar las condiciones que alimentan la religión.
Las necesidades físicas y la ignorancia, dos de las trampas de la pobreza, parecen ser aliados naturales de la religión. Y tiene sentido.
