El Journal of Institutional Economics publicó un artículo que concluye que puede haber una correlación entre el porcentaje de ateos y agnósticos en un estado y el nivel de actividad emprendedora de ese estado.
Los autores del estudio ofrecen una explicación plausible:
“Una posibilidad es que las actividades empresariales productivas son en gran parte sustitutos de las religiosas“, escriben Travis Wiseman, de la Universidad Estatal de Mississippi y Andrew Young de la Universidad de West Virginia.
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“El espíritu empresarial productivo” se calculó usando una combinación de nuevas empresas creadas, nuevas empresas creadas con 500 o más empleados, inversiones de capital de riesgo per cápita, patentes per cápita y la tasa de crecimiento del empleo independiente.
Wiseman y Young encontraron que todas las variables religiosas a las que les hicieron un seguimiento “tienden a correlacionarse negativa y significativamente” con la puntuación de emprendimiento productivo de un estado.
Wiseman y Young sugieren que la correlación podría deberse a que el tiempo dedicado a dios (ir a la iglesia, rezar, etc) es tiempo que no se usa haciendo algo más productivo en el mundo de los negocios. También puede ser que los muy religiosos rehuyan de las actividades que producen ganancias materiales en lugar de las espirituales.
Eso no quiere decir que las personas religiosas individuales no sean capaces de administrar grandes empresas o de innovar -obvio pueden-, sólo que los estados con mayores tasas de asistencia a la iglesia y fe en dios tienen tasas más bajas de “emprendimiento productivo”.
Recordemos también que correlación no es causación.