Hay una ridícula pieza circulando por Internet llamada 10 Reglas Para Salir Con Mi Hija, que está repleta de amenazas “divertidas” como esta:
Regla nº 4: Estoy convencido de que estás informado de que en el mundo actual, el sexo sin usar “métodos barrera” de cualquier clase puede matarte. Permíteme explicarte: hablando de sexo, yo soy la barrera, y sí: puedo matarte.
Todas las cuales se reducen a la tediosa “los muchachos son amenazandos con matoneo, el sexo es horrible cuando otras personas lo hacen, y mi hija es una muñeca de plástico cuyo destino puedo controlar“.
Mira, me encanta el sexo. Es divertido. Y porque amo a mi hija, quiero que ella tenga todos los mismos placeres en la vida que yo, y espero que más. No quiero conocer los detalles finos porque, diablos, no quiero esas representaciones visuales más que mi hija quiere las mías. Pero en abstracto, querida, sal y diviértete.
Porque el sexo consensuado no es algo que los hombres tomen de ti, es algo que das. No te disminuye dar placer a alguien más. No te degrada darte un poco tú misma. Y cualquiera que sugiera lo contrario es un hombre que, por debajo de la superficie, probablemente piensa muy mal de las mujeres.
Sí, todos estos niños y niñas y gays pueden romper tu corazón, y eso a su vez romperá el mío. Te he sostenido, sollozando, después de que tu novio te engañó, y me destrozó en dos partes. Pero, ¿sabes qué me desgarraría en dos partes aún más? Verte en una jaula de cristal, experimentando nada más que un frío vacío en los dedos, ya que tu Querido Viejo Padre se aseguró de que no experimentaras nada hasta que él decidiera lo que debía gustarte.
Tú no eres yo. Tampoco eres una extensión de mi voluntad. Así que necesitas cometer tus propios malditos errores, aprender a levantarte cuando te caes, para saber dónde están las vendas, y vendar tus propias heridas. Te ayudaré. Seré tu consigliere cuando pueda, el asesor, la persona a la que vienes cuando todo parezca perdido. Pero creo que hay valor en perderse. Creo que hay una fuerza que únicamente surge al buscar a tientas tu propio camino para salir de la oscuridad.
Tú eres tu propia persona, y algunas de las cosas que vas a amar me parecerán locas, feas, o imposibles de disfrutar. ¡Así de grande y maravilloso es el mundo! Imagina si a todo el mundo le encantara lo mismo; todos estaríamos luchando por las mismas diez personas. El milagro es la facilidad con que los moldes abandonados de alguien se vuelven el tesoro amado de otra persona. Y yo sería un hombre triste, muy triste si te manipulara para que te volvieras un clon del molde de mis deseos. Ama la música que yo odio, mira las películas que detesto, conviértete en una mujer fuerte que sabe dónde está su felicidad y sabe exactamente qué hacer para conseguirla.
Ahora, vas a ser golpeada por la vida. Pero no te voy a decir que el sexo es malo, o que eres mala por quererlo, o que otras personas son malas por quererlo contigo si tú estás dispuesta a darlo. Me niego a perpetuar, incluso a través de la negación plausible del humor, la idea de que las personas por las que mi hija se siente atraída son mis enemigos.
No soy el guardia que te encierra en la torre. Lo ideal es que sea el espacio seguro de mi hija, un jardín al cual regresar cuando el mundo ha demostrado ser un poco demasiado cruel, un lugar donde ella pueda recuperarse y reflexionar sobre los errores del pasado y saber que aquí hay alguien que la ama de todo corazón y la abrazará hasta que las lágrimas se sequen.
Eso es lo que quiero para ti, cariño. Una audaz vida llena de grandes errores, y triunfos aún más grandes.
Ahora sal y encuentra todas las cosas que amas putamente, y viceversa.
