En Atheism and the City:
Para un dios que crea huracanes para castigar a los pecadores, seguro que es muy particular con los lugares donde los crea. Por un lado, la mayoría de los huracanes de dios no tocan tierra en lo absoluto y sólo terminan destrozando el océano.
Pero ustedes saben, dios trabaja de formas misteriosas.
Súpermisterioso que la península nórdica, ese lugar lleno de ateos pecadores, nunca siente la furia del dictador celestial.
(vía A Tippling Philosopher)