Ante al propuesta de prohibir Halloween del concejal fanático fundamentalista cristiano Marco Fidel Ramírez, los demás concejales celebraron Halloween en la corporación:
Incluso la concejal Diana Rodríguez, llevó un muñeco alusivo a una película de terror, para demostrar que no todos son iguales.
“Él no puede pretender imponernos su pensamiento ni su religión a los demás concejales, ni mucho menos a la ciudad, que él vaya y predique en su iglesia y con las personas que hacen parte de ella, pero no en el concejo de Bogotá”.
Funcionarios y asesores de la corporación llegaron a trabajar con máscaras y algunos disfraces, repartieron dulces al interior del recinto del Concejo, lo que generó el malestar de Ramírez quien sin mediar palabra -notablemente molesto- se retiró del lugar.
La mejor forma de defender las libertades civiles es ejerciéndolas. Ojalá el Concejo tomara la misma actitud frente a las demás zarandajas de Ramírez.