Planteada por Jerry Coyne:
¿Cuál crees que es más valioso para la humanidad?
a. ¿Encontrar maneras de decirle a los seres humanos que tienen libre albedrío a pesar del hecho incontrovertible de que sus acciones están completamente dictadas por las leyes de la física, como instancias en nuestros cuerpos, cerebros y ambientes; es decir, involucrarse en la honrada práctica filosófica de mostrar que nuestra noción de “libre albedrío” puede ser compatible con el determinismo?
ó
b. ¿Decirle a la gente, con base en nuestro conocimiento científico de la física, la neurología y la conducta, que nuestras acciones están predeterminadas en vez de dictadas por un fantasma en el cerebro, y luego averiguar las consecuencias de esa conclusión y su aplicación a la sociedad?
Al igual que Coyne, yo me decanto por la segunda opción. Al respecto, él concluye:
Si verdaderamente comprendemos el determinismo, entonces las consecuencias son profundas – y en gran medida buenas. Nos damos cuenta de que nadie “elige” realmente ser bueno o malo, y que los criminales que están “locos” no tienen más opción sobre sus acciones que quienes son juzgados simplemente como “gente mala”. Eso exige grandes cambios en nuestro sistema de justicia penal: un enfoque científico en el que los castigos sean mejores para la disuasión, la reforma y evitar la reincidencia. Descarta la justicia retributiva, que simplemente no tiene sentido. También nos hace pensar mucho sobre la noción de responsabilidad moral, que está conectada con la alabanza y el castigo. A mi juicio, el determinismo hace que la noción de responsabilidad moral sea incoherente, pero supongo que los filósofos también la pueden rescatar.
Ahora, podemos hacer las dos cosas a) y b) si queremos, pero los filósofos tienden a concentrarse en a) en vez de en b). Sin embargo, b) me parece mucho más importante. Si la noción de determinismo es tan importante, y el compatibilismo tan trivial, ¿por qué esta desproporción?
