En una nota sobre la Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá de El Tiempo, fui citado en dos ocasiones:
También le han reclamado a la Nación por el envío de funcionarios públicos al Vaticano. “Nos oponemos a que se gaste el dinero de todos los contribuyentes en la promoción de creencias religiosas particulares –señala David Osorio, uno de los miembros–. Esas son actividades que deberían pagar los que sí son creyentes”.
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Aunque no existen datos oficiales, en Colombia se estima que solo un 4 por ciento de la población es atea. “Ni siquiera somos considerados una minoría como sí lo son los afros o los indígenas”, añade Osorio.
Técnicamente, no dije que no seamos considerados una minoría, sino que somos ignorados por la práctica totalidad de los que se dicen defensores de las minorías.
En general, a mí me gustó la nota. Léanla y me cuentan qué les parece.