No. Están las reconvertidas en discoteca:
El ocio es el nuevo uso que ahora se les da a edificios religiosos que, bien por su arquitectura, por su tamaño o por curiosidad, congregan a cientos de fiesteros cada fin de semana en ciudades como Ámsterdam, Dublín o Londres.
Y también están las reconvertidas en bibliotecas.
Cualquier uso es mejor que el de celebrar supersticiosas reuniones para alabar a un dictador celestial.