Término acuñado por Juan Delgado, presidente del Colegio Latinoamericano de Periodistas, en la inauguración de la segunda Cumbre Latinoamericana de Periodismo:
“La preocupación de todo periodista es la libertad de prensa, y nosotros le damos la vuelta a eso: una cosa es la libertad de prensa y otra es el libertinaje de prensa”, entendido como la violación de la ética periodística, señaló el presidente de Colaper en declaraciones a Efe.
…
A su juicio, ese libertinaje se refleja en el éxito de los periódicos amarillistas en América Latina y en la existencia de periodistas que “se convierten en jueces y verdugos”.
“No somos quiénes para juzgar a la gente, robarles el honor o afectar la imagen corporativa de una institución”, reflexionó.
El término merece ampliación. No se trata sólo de no afectar a las personas naturales o jurídicas en su imagen; se trata de tampoco convertirse en su portavoz. Y para esto, los periodistas contamos con la herramienta más básica de todas: el fact checking, o comprobación de datos.
Las empresas naturistas, New Age y religiosas siempre consiguen hacer de los medios herramientas de marketing, cuando su producto o bien no existe (no se puede comprobar fácticamente) o no hace aquello que prometen (simplemente no se puede revertir el envejecimiento, y la homeopatía no funciona – esos son hechos).
