Blog // ¿”Ilustración oscura” o colectivismo selectivo?

¿”Ilustración oscura” o colectivismo selectivo?

En La revolución naturalista, Eduardo Zugasti hace una breve reseña de la “Ilustración oscura” y da su versión personal de oposición a la “síntesis progresista”, cuyos objetivos resume en cursivas, para pasar a responderlos. Yo tengo reparos (a la versión que da él, como a las otras):

Escepticismo hacia el cosmopolitismo y el humanitarismo

Los estados y las identidades nacionales son fronteras arbitrarias del pasado que es necesario eliminar para llegar, en el porvenir, a la ciudadanía universal y a un gobierno mundial regido por la ética de los derechos humanos.

La humanidad está dividida de facto en grupos étnicos y nacionales con intereses heterogéneos. Probablemente nunca existirá un gobierno mundial y, en consecuencia, tampoco una “Paz perpetua” kantiana entre naciones. De hecho este “particularismo” nacional es lo único que asegura unos niveles aceptables de paz, seguridad, libertad y prosperidad.

Una afirmación tan extraordinaria como que el particularismo nacional es lo único que asegura unos niveles de paz, seguridad, libertad y prosperidad merece una prueba extraordinaria. Por el contrario, lo que sabemos es que el sentido de pertenencia a un grupo nacional (o tribu, o clan, o pandilla) ha estado presente en toda la historia de la humanidad, y los resultados han sido catastróficos, por decir lo menos. Ni paz, ni libertad, ni seguridad, ni prosperidad… y de un momento a otro, ¿eso es lo que garantiza estas cuatro?

Es más, soy bastante escéptico frente a la afirmación de que los intereses de las personas dependen de su pertenencia a una etnia e incluso a un país. Precisamente es la política de identidad, con su negación de la individualidad, lo que hace que que el hembrismo sea tan nocivo – algo en lo que acierta la llamada Ilustración oscura; es llamativo cómo el principio parece dejar de operar cuando se trata de pertenecer a una etnia (o ser nativo del Tercer Mundo, como lo ponen en versiones más radicales, que pretenden mantener afuera a los extranjeros, basados en la llamada “biodiversidad humana“).

Escepticismo hacia la revolución sexual

La reforma de las costumbres sexuales y la retirada de las restricciones tradicionales aumenta nuestra libertad de elegir. Todas las opciones sexuales, liberadas del imperativo reproductivo biológico, son respetables e iguales en valor.

Los costes de la llamada “revolución sexual” son, en realidad, muy altos. La normalización, no sólo de la homosexualidad, sino de comportamientos heterosexuales fuera de la norma tradicional y en su conjunto una cruenta revolución de las costumbres sexuales es en parte reponsable de la decadencia de la familia biológica. Esta decadencia es apreciable desde los años sesenta del siglo pasado en el aumento de las enfermedades de transmisión sexual, en la tasa de divorcios, en el crecimiento de los hogares con personas solteras (“una nación decadente se llena de solteros”, decía el ilustrado radical Holbach), o en el aumento exponencial de hogares monoparentales con consecuencias socialmente catastróficas. Que haya un 40% más de infidelidad femenina sólo en los últimos 20 años, por ejemplo, no significa que estemos entrando en un Edén hippy, sino mucho más probablemente que hay menos restricciones para la hipergamia femenina y mas desigualdad reproductiva.

Viniendo de un darwinista general (y no a la carta), esta argumentación me choca desconcertantemente. En primer lugar, el mismo Eduardo ha hecho visible y manifestado su oposición (algo que comparto) a la falacia moralista, así que no comprendo su preocupación con los “altos costos” de la revolución sexual.

De hecho, es muy curioso que en un sitio radicalmente naturalista se hable de la “normalización de la homosexualidad” (en vista de que este es un fenómeno de lo más normal en una gran variedad de especies, incluida la humana) o de comportamientos “fuera de la norma tradicional” (impuesta a sangre y fuego por el cristianismo) como la familia; ¿cuál es el problema con los índices de infidelidad, los de soltería, divorcios o la desigualdad reproductiva? ¿Alguien encuentra preferible un matrimonio arreglado o uno caracterizado por la violencia conyugal a individuos libres?

Por otra parte, si bien el aumento de ETSs ocurrió en el marco de la revolución sexual, eso no establece ninguna relación causal entre el aumento de las enfermedades y la decadencia de la familia tradicional – más al punto, el incremento de transmisiones se debió a la ignorancia, no a la promiscuidad per sé. De hecho, la monogamia puede ser una receta efectiva contra la libertad – eso no es muy ilustrado que digamos.

Y es que el nombre no les queda. Un movimiento que esencialmente rechaza la igualdad y la libertad (no la económica, claro), lo último que debería llamarse es “Ilustración”. Neorreaccionarios es más apropiado.

**Actualización: Eduardo ha respondido a este post, tanto en los comentarios, como en La revolución naturalista.

Post Recientes

Loading

Pin It on Pinterest

Share This