Ayer, la Corte Constitucional le llamó la atención al procurador Alejandro Ordóñez por pretender imponer su agenda facho-católica por encima de la jurisprudencia del tribunal:
Por medio de un comunicado de seis puntos, la Corte Constitucional le pidió al procurador General, Alejandro Ordóñez Maldonado que respete las decisiones emitidas por el alto tribunal.
La Corporación le advirtió al jefe del Ministerio Público que debe “ceñirse estrictamente a la Constitución” como la de vigilar el cumplimiento de las decisiones judiciales “por lo que no está autorizado para desatender sus motivaciones ni determinaciones”.
Sí, bueno, debo decir que la Corte Constitucional se lo buscó. Miren, a mí no me gusta nada de lo que Ordóñez ha hecho, pero yo he tenido los pantalones de decirlo siempre, fuerte y claro. Por el contrario, el récord de la Corte es, en el mejor de los casos, cobarde.
Hace unos meses, la Corte Constitucional defendió el privilegio religioso por encima de la igualdad y del laicismo.
¿Y la vez que la Corte ordenó a Ordóñez que se disculpara? Pues Ordóñez presentó una patética no-disculpa, y los togados permitieron esta burla y la dieron por buena.
Y no está de más recordar que la Corte aprobó la discriminación homófoba de Ordóñez cuando la cobijaron con sus decisiones, declarándolo inocente.
O cuando, cometiendo claramente un delito Ordóñez violó la reserva judicial de un expediente para iniciarle un proceso penal a una mujer que se vio en la obligación de acudir a un aborto clandestino, en vista de que el sistema de salud se negó a realizarlo, aún cuando la misma Corte Constitucional había ordenado por vía de tutela, que se llevara a cabo la interrupción del embarazo. ¿La respuesta de la Corte? Nada. Como unos buenos cobardes, compulsaron copias para que se investigara al juez y al médico del caso, pero no hicieron lo propio para que el señor Ordóñez fuera juzgado. Cuando se trata de él, ¡se toman con una ligereza el cumplimiento y la aplicación de sus decisiones que da miedo!
Si la Corte Constitucional, el máximo tribunal de justicia del país, no se hace respetar por un fundamentalista ultramontano y le alcahuetea sus constantes violaciones a la Constitucion y burlas a su autoridad ¿por qué iba la criatura a pensar que debe respetarlos a ellos, sus decisiones, la ley o la Constitución?