Las mismas acusaciones ridículas que han retrasado por dos años el progreso de la comunidad atea/escéptica en el primer mundo, empiezan a llegar a los países hispanohablantes.
Richard Dawkins se encargó magistralmente de esta insensatez en su fantabuloso Dear Muslima, que traduzco a continuación:
Querida Musulmana
Deja de quejarte, ¿quieres? Sí, sí, sé que tus genitales fueron mutilados con una cuchilla de afeitar, y… bostezo… no me lo digas una vez más, sé que no se te permite conducir un carro, y no puedes salir de casa sin un pariente varón, y a tu marido se le permite golpearte, y serás lapidada hasta la muerte si cometes adulterio. Pero deja de lloriquear, ¿quieres? Piensa en el sufrimiento que tus pobres hermanas estadounidenses tienen que soportar.
No más esta semana escuché de una, se hace llamar ‘Skepchick‘, y ¿sabes lo que le pasó? Un hombre en un ascensor de hotel la invitó a su habitación para tomar un café. No estoy exagerando. Realmente lo hizo. Él la invitó a su habitación para tomar un café. Por supuesto, ella dijo que no, y por supuesto él no puso un dedo sobre ella, pero aún así…
Y tú, Muslulmana, que ¡crees que tienes machismo del cuál quejarte! Por dios madura, o al menos desarrolla algo de resistencia.