Hace un mes reportaba sobre el sesgo ideológico anticientífico de El Espectador, y esperaba que pasara más tiempo antes de que volvieran a publicar una nota que tergiversa la evidencia y los hallazgos.
Tristemente, no fue así, ya que acaban de publicar sobre un supuesto vínculo entre el omega-3 y el cáncer de próstata:
Científicos estadounidenses confirmaron el miércoles las conclusiones inesperadas de un estudio del 2011 según el cual los hombres que consumen suplementos de omega-3 tienen más posibilidades de tener un cáncer de próstata.
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“Hemos demostrado una vez más que el uso de suplementos nutricionales puede ser perjudicial”, dijo Alan Kristal, investigador del Centro Fred Hutchinson de Investigación del Cáncer y autor principal del artículo.Los científicos todavía están desconcertados con la relación entre el los omega-3 y el cáncer, pero todo indica que hay una relación en la formación de tumores.
El estudio, Plasma Phospholipid Fatty Acids and Prostate Cancer Risk in the SELECT Trial, arrojó resultados y conclusiones que ya sabíamos.
En comparación con los hombres en los cuartiles más bajos de LCω-3PUFA, los hombres en el cuartil más alto habían aumentado los riesgos de cáncer de próstata de bajo grado (HR = 1,44, IC 95% = 1,08-1,93), de alto grado (HR = 1,71, 95% CI = 1,00 a 2,94), y de cáncer de próstata total (HR = 1,43, IC 95% = 1,09-1,88).
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Este estudio confirma informes anteriores de mayor riesgo de cáncer de próstata entre los hombres con altas concentraciones en la sangre de LCω-3PUFA. La consistencia de estos resultados sugiere que estos ácidos grasos están implicados en la tumorigénesis de próstata. Las recomendaciones de aumentar la ingesta de LCω-3PUFA deben considerar sus riesgos potenciales.
De hecho, Paracelso se había adelantado a esto unos cuantos siglos: el veneno hace la dosis.
Y esos fueron los resultados del estudio: el consumo excesivo de omega-3 podría causar cáncer. Cualquier cosa que uno consuma en exceso, incluida el agua, puede ser perjudicial. Las vitamina C es buena, pero nadie se zampa 14 naranjas al desayuno.
Lamentablemente, no parece que en El Espectador estén por la labor de reparar en pequeñeces, para cumplir con su trabajo, evitar jugar con la salud de los lectores y, además, escatimar un pánico injustificado.
¡Yo es que me pongo de quisquilloso! (Por cierto, ya puestos, no hay evidencias de la efectividad de los suplementos vitamínicos.)