La historia de Billy Muñeka tiene buenas cantidades de homofobia:
Su familia supo de sus inclinaciones y trataron corregirla. Billy, o mejor, Andrés, fue obligada (obligado) a visitar la Oración Fuerte al Espíritu Santo, sacerdotes, grupos católicos juveniles, un monje budista, una hipnotizadora, una serie de psicólogos, un seminario y hasta tuvo que ir al ejército, experiencia que terminó, cuenta Billy, “en una unidad de psiquiatría” del batallón.
Lamentable que la familia pretenda imponerle los gustos a esta persona, y que para ello hayan recurrido a cuanta superstición y organización totalitaria se les atravesó.