La senadora Gilma Jiménez se encuentra grave de salud, así que los demás congresistas invitan a la oración (!) por ella:
Los padre de los niños que han sido afectado por la violencia y el conflicto armado, se unen a las oraciones por la recuperación de la salud de la senadora, al igual que toda la familia del Congreso de la República.Pedimos a los colombianos que elevemos una plegaria por esta causa.
¡No! Yo no creo en amigos imaginarios y ciertamente no le corresponde al Congreso de la República imponerme qué creencias sostener, ni qué comportamientos tener ante la posible muerte de una de sus parlamentarias. No pierdo mi tiempo en supersticiones ridículas.
Por cierto, como entidad estatal ellos tienen prohibido despilfarrar recursos públicos en promover creencias religiosas particulares o generales. Estado laico básico.
Eso sí, este schadenfreude religioso no deja de tener un cierto elemento de justicia poética: así como Gilma Jiménez hizo carrera predando del sufrimiento de los niños e instigando al odio, de la misma manera, sus cófrades han aprovechado su desgracia para el populismo barato.
Y no es que yo le desee el mal a Jiménez – espero que sobreviva… y que en adelante se mantenga alejada de cualquier posición de poder. Valga recordar que además de aprovecharse de los niños, Jiménez votó en contra del matrimonio igualitario.