Ya habíamos visto que Laura Montoya fue a imponerle su catolicismo a los nativos colombianos.
Ahora, en una revisión bibliográfica sobre la monja, nos encontramos con que Montoya no pudo aguantar la publicación de una novela y para calmarse, recurrió a hacerse daño físico:
Al recibir la noticia de la novela “Hija Espiritual”, sentí tal adhesión a la cruz, que tomé un cuchillo enrojecido al fuego y me hice, en un transporte de amor que me enloquecía, una cruz en el pecho, quemándome fuertemente. Con esto me sentí un poco aliviada de mi dolor interior.
Sigo sin poder comprender la gimnasia mental que requiere la mente católica para equiparar el dolor, el sufrimiento y la miseria con el amor.
Y pensar que se despilfarran recursos públicos para hacer un mausoleo, un festivo y estatuas en honor de una persona tan perturbada mentalmente.