Además de la caza de ateos, en Bangladesh quieren leyes más estrictas contra la libertad y están más que alegremente dispuestos a recurrir a la violencia para ello:
La razón de la explosión de violencia es este país de 150 millones de habitantes, la ley antiblasfemia que organizaciones musulmanas extremistas quieren que sea aprobada por el gobierno. Sin embargo, la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, la rechazó y aseguró que en el país “ya existen todas las leyes necesarias para sancionar a los que atentan contra los sentimientos religiosos”.
La respuesta fue insuficiente para Hefazat-e-Islam, una organización religiosa de profesores y estudiantes radicales, que organizó una serie de marchas que convirtieron a la capital, Dacca, en un campo de batalla, saqueo y destrucción de tiendas y carros. Los radicales musulmanes le habían otorgado plazo al gobierno para decretar la ley hasta este 5 de mayo y exigiendo también imponer la pena de muerte para todos los que hablen mal del Islam. Exigen, además, la separación de hombres y mujeres en lugares públicos.
Con toda la violencia que hay en Bangladesh y los islámicos pidiendo más. Religión de la paz, seguro.