Una de las respuestas a mi artículo sobre los colombianos famosos que son pésimos ateos, fue que yo pretendo que todos los ateos lo sean por los mismos motivos, y que eso ya empieza a sonar como una “religión atea”.
Es hora de hacer frente a este argumento.
En primer lugar, el ateísmo, la completa ausencia de religión, no es una religión. Esto no cambia por el hecho de que todos los ateos sean ateos por el mismo motivo o por diferentes razones.
Con una analogía: que todos los calvos sean igualmente calvos no hace que de repente la calvicie sea un color de pelo.
Y por supuesto que es deseable que todos los ateos lo sean por el motivo más racional: no hay evidencias de la existencia de dios. Dejar que los hechos moldeen las creencias de uno, es una obligación moral para con los demás seres humanos.
Es momento de otra analogía: los unicornios no existen y podría haber muchas razones para que las personas no crean en ellos; pero ciertamente yo pondría en tela de juicio la salud mental de cualquier persona que no crea en los unicornios por cualquier motivo que no sea la ausencia de su evidencia.
Alguien podría venir y decirme que no existen unicornios porque los extraterrestres vinieron a la Tierra, trajeron a los unicornios, experimentaron con ellos y estos no lo soportaron y cometieron suicidio colectivo, disparándose rayos cuánticos que rebotarían en espejos y acabarían con la especie. Ciertamente la conclusión de que los unicornios no existen sería acertada, pero el camino ‘lógico’ para llegar a ella sería un disparate tan grande como la existencia de cualquier dios.
Y no, esta ‘diversidad’ de opiniones y motivos no me parece ni saludable ni que merezca ser celebrada. Que las personas lleguen a conclusiones acertadas por medio de procesos de razonamiento defectuosos plantea varios problemas, empezando por el obvio, de la salud mental.
Vivimos en un mundo en el que las acciones de uno afectan necesariamente lo que ocurre con todos los demás. Ahora, igual que siempre, se requiere que las personas basen sus creencias en la ciencia, el conocimiento fiable. Y nada de esto podrá ser logrado si se siguen celebrando esos azarosos momentos en los que procesos defectuosos de razonamiento dan lugar a conclusiones acertadas.
Lo siento, por muy arrogante que suene, es mejor ser ateo porque no hay evidencias para creer en dios, que por cualquier otro motivo, sea legítimo, como lo represivo de las religiones, los problemas con la autoridad; o sea cuestionable como serlo por moda, por ser rebelde sin causa, porque venga en el kit ideológico o por no creerle a los Illuminatis y reptilianos (!).
Eso sólo resulta en personas que no tienen claro por qué son ateos, y que, como consecuencia de sus procesos cognitivos defectuosos, terminarán por regresar al rebaño. Así que gracias, pero paso.