Que los cristianos y la Iglesia católica violen las leyes y la Constitución, comprando senadores y haciendo lobby demuestra que a ellos lo único que les importa es imponer su putrefacto sistema de antivalores, que perpetúa el odio, la discriminación, el dolor y la miseria.
Por eso no es de extrañar que estas almas de dios estén enviando amenazas a los senadores para que voten en contra del matrimonio igualitario – la civilización no es lo de ellos:
Los senadores Camilo Sánchez Ortega y Gilma Jiménez Gómez advirtieron que han recibido mensajes intimidatorios alrededor del voto que darán al álgido proyecto.
Los dos coincidieron en denunciar que han recibido correos electrónicos donde se pretende influenciar negativamente su voto sobre el matrimonio igualitario.
“Nos envían muchos comunicados diciéndonos cómo debemos votar y nosotros tenemos mucho tiempo acá para que nos vengan decir cómo debemos o no votar, a mí no me gusta que las parejas homosexuales puedan tener adopción, pero me preocupa también no darles el derecho patrimonial para que no sean explotados, vemos a un homosexual que no volteaban a mirar pero cuando se muere la familia se queda con la platica y su pareja sin nada”, señaló en la plenaria el senador Sánchez.
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A su turno, la senadora Jiménez señaló que “no comparto el matrimonio entre personas del mismo sexo pero la forma como están actuando estas personas sí me está hostigando y les exijo que a mi correo personal no me envíen esto, quieren que piense como ellos y están logrando lo contrario porque me siento hostigada, aburrida y fastidiada”.
Para completar, los homófobos cristianos, en su supina ignorancia (raro, ¿no?), le apuntaron a senadores homófobos de por sí. Gilma Jiménez, la impresentable, ya estaba de su lado y Camilo Sánchez adhirió a la homofobia del partido liberal, que cree analfabetamente que la orientación sexual se da por el entorno y cree, además, que la orientación homosexual de alguna forma sería menos legítima, que es lo que se esconde tras su negativa a la adopción homoparental.
Espero que los senadores compulsen copias de esos correos a la Fiscalía para que los responsables sean investigados y juzgados. Creo que la cárcel es un entorno con el que los que extrañan el feudalismo se sentirían muchísimo más a gusto que en el siglo XXI. Es una situación de ganar-ganar.