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Cómo hablar con ateos – guía para cristianos

En lo personal, me opongo al diálogo interreligioso y el ecumenismo, sin embargo sé que hay quienes lo encuentran valioso.

Entre ellos cabe destacar al autor ateo Chris Stedman, que ofrece unos consejos a los cristianos cuando quieran hablar con los ateos, que tienen sentido:

1. Abandona los estereotipos

Si quieres que la gente te vea como más que sólo como tu etiqueta, vas a tener que hacer lo mismo por ellos. No sólo cuando es fácil -cuando la gente parece ser similar a ti- sino en todos los casos. Así como hay cristianos que promueven ideas de odio, hay ateos que tratan a los creyentes religiosos con prejuicio de mentalidad cerrada, odio, y que hacen difícil el diálogo. Pero muchos ateos también ven la religión con más matices, y tienen un profundo compromiso moral con el pluralismo y la igualdad – probablemente conoces a algunos personalmente, tanto si te das cuenta de ello como si no.

En cada categoría religiosa o no religiosa, existen muchos tipos diferentes de personas. Pero debido a que vivimos en una sociedad que asocia las diferencias religiosas con conflicto -muy a menudo conflicto malintencionado o violento- es importante ser pacientes y compasivos siempre que sea posible, y dejar que la gente hable y se definan a sí mismos. Tal vez, esto es especialmente cierto al intentar navegar por diferencias aparentemente irreconciliables. Después de hacerme ateo, me esforcé en hablar con los cristianos de una manera constructiva. Pero una vez que fui capaz de dejar algunas de mis suposiciones y estereotipos, encontré que estas discusiones se volvieron más fáciles.

2. No trates de “ganar” la discusión

Esta es una difícil para aquellos de nosotros que amamos una discusión apasionada. (Crecí con tres hermanos cercanos en edad, así que estaba capacitado para tratarlo como un deporte.) Pero un poco de humildad intelectual puede significar mucho – especialmente al intentar hablar de temas difíciles. A menudo, los debates se vuelven competencias de gritos en los que ninguna de las partes está escuchando o está tratando de entender, sino que intentan defender una posición. Siempre que sea posible, trata de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona y sentir empatía con su perspectiva, aunque no creas que sea legítima. Basa las discusiones en lo interpersonal en lugar de simplemente limitarte a lo teórico. Comparte historias personales que se relacionan con tus creencias, y comunícate de una manera que demuestre que no estas tratando de competir, sino de relacionarte y aprender. Haz espacio en la conversación para dos personas distintas con dos puntos de vista distintos. Preséntate no a dar una conferencia y discutir, sino para aprender y realmente escuchar y responder a lo que la otra parte tiene que decir.

En Faitheist cuento una historia sobre la vez que mi amiga Amber, que es una cristiana renacida, expresó en primer lugar su deseo de verme volver a la iglesia. Sé que su fe es una parte importante de su vida, y ella sabe que yo derivo un sentido de significado de ser ateo. Debido a que tenemos una relación de confianza cercana, somos capaces de discutir estas diferencias honestamente, abiertamente y sin ponernos a la defensiva.

3. Habla por ti

Uno de los estereotipos dominantes acerca de los cristianos, y los evangélicos en particular, es que son deshonestos. Esto parece contradecir la idea de que muchas personas ven a los cristianos como generosos y caritativos. Eso puede ser cierto, pero muchas personas también ven a los cristianos como personas que tienen -por lo menos de vez en cuando- una agenda oculta.

En algunos casos, esto es la conversión (ver el #6). Pero hay más que eso. A veces, los cristianos son vistos como más interesados en ser embajadores de la cristiandad que simplemente ser una persona que interactúa con otra persona.

No pretendo sugerir que no deberías ser honesto acerca de la centralidad de tu fe en tu visión del mundo, o que debas divorciarte de tus creencias. La honestidad y la integridad son importantes en las conversaciones interreligiosas. Pero una conversación más robusta puede desarrollarse cuando buscas encontrar las intersecciones entre tus creencias y experiencias y las de otra persona, y cuando hablas por ti mismo en vez de en nombre de todos los cristianos.

4. Resalta la diversidad entre el cristianismo

Justo o no, la exposición primaria de muchos no-cristianos al cristianismo llega a través de un medio motivado por los conflictos que prefiere destacar a la Iglesia Bautista de Westboro protestando en un funeral militar que una iglesia que administra un comedor nocturno. Por desgracia, las voces más fuertes tienden a eclipsar las más matizadas. Encuentro esto en mi propia comunidad con ateos prominentes como PZ Myers, quien dijo en un debate público conmigo que las personas religiosas “tienen algo profundamente equivocado en sus cerebros”. Así como PZ Myers no me representa, la muy llena de odio Iglesia Bautista de Westboro no representa a los cristianos que conozco.

Debido al la concentración de los medios de comunicación en el conflicto, a los ojos de muchos -especialmente entre los jóvenes- el cristianismo se ve a menudo como equivalente con políticas y legislaciones discriminatorias. Me crié en un hogar demócrata, y recuerdo que me sentía como si no pudiera hablar sobre mis inclinaciones políticas una vez que me volví un cristiano evangélico. Crear más espacio para las diversas expresiones del cristianismo, y demostrar que las comunidades cristianas pueden ser un lugar acogedor para las personas con puntos de vista alternativos, tendrá gran impacto hacia la deconstrucción de (las obviamente injustas) concepciones del cristianismo como una sola voz.

5. Reconoce el privilegio y no trates de forzar a los demás a vivir por cierto código moral

Aunque el número de personas que no afiliadas a ninguna religión está creciendo rápidamente, el cristianismo sigue siendo la norma. Incluso, a medida que Estados Unidos se hace más plural, sigue siendo una sociedad muy religiosa, y el número de ateos entre los no religiosos sigue siendo bastante pequeño. Los ateos somos clasificados con regularidad entre los grupos menos confiables y que menos gustan en los Estados Unidos. La teonormatividad, o la asunción normativa de que la gente cree en el Dios cristiano, impregna nuestra sociedad. Las apelaciones a Dios proliferan en el discurso político, incluso nuestra moneda afirma “Una nación bajo Dios”. (Para un ejemplo reciente de ello, no te pierdas el nuevo informe del Center for Inquiry sobre el fundamentalismo religioso en los militares de EEUU.)

Recuerdo que, como cristiano, sentía como si estuviera en una minoría perseguida – pero, de hecho, la influencia cristiana en la cultura es, en muchas partes de los Estados Unidos, ineludible. Intenta imaginar, si puedes, cómo se sentiría si el cristianismo fuera realmente una minoría como lo es el ateísmo. Imagina cómo te sentirías si, en lugar de escuchar al presidente Obama hacer referencias a Dios y a Jesús en sus discursos, él hablara acerca de cómo lo que nos une como estadounidenses es que no creemos en Dios. El cristianismo y la fe en Dios son normativos en los Estados Unidos y en muchas partes del mundo, y las personas que se desvían de la norma son a menudo marginadas o blanco de discriminación explícita. Además de reconocer los beneficios que recibes por ser cristiano, abraza el laicismo – que no significa la ausencia de religión en la sociedad, sino que el gobierno no favorezca ciertas creencias religiosas sobre otras creencias (religiosas o no religiosas). La libertad de religión es la columna vertebral de una sociedad civilizada. Eres libre de estar en desacuerdo con las decisiones de otros, y eres libre de decirlo, pero todos los ciudadanos debemos gozar de una igualdad de derechos.

6. Habla -y escucha- a la gente sobre algo más que sólo su estatus de salvación

Entiendo que este es un tema complicado, especialmente si evangelizar es la piedra angular de tu fe. Tengo amigos cristianos evangélicos comprometidos con el diálogo interreligioso, y me han dicho que, para ellos, esta labor sigue siendo evangelizar: pero en vez de proclamar la palabra y dejarlo en eso, ellos están modelando el amor de Dios para todas las personas.

Recientemente participé en un diálogo interreligioso con una persona que respondió a mi desconcierto frente a la evangelización diciendo:

Pero, Chris, me parece que el problema ahí es con la definición de evangelización. Si pensamos en esta palabra como sinónimo de acoso verbal y sermonear con el dedo y una actitud de soy más santo que tú, estoy totalmente de acuerdo contigo. Pero ¿y si la evangelización misma es un diálogo mutuamente enriquecedor en el que las promesas de la Iglesia (es decir, de Cristo) se presentan como propuestas, como encuentros, no como decretos? Entonces estamos hablando de la forma, no el hecho de la evangelización, no es así?

Tiene toda la razón. Esta es una distinción que estoy escuchando más articulada y más a menudo por miembros de las comunidades religiosas que ven la evangelización como elemento central de su fe – y es una que recibo con gratitud. Mantener una orientación general hacia el encuentro con la diversidad con la investigación y la empatía, en lugar de sermonear al respecto, puede facilitar un diálogo más productivo. Eso requerirá que ambas partes escuchen y reconozcan que tenemos mucho que aprender unos de otros. Para empezar, tal vez podamos aprender a hablar con y escuchar a los demás de una manera más constructiva y amistosa.

La división entre cristianos y ateos es profunda. Como ateo, me dedico a reducir esa brecha – trabajando con otros ateos, con cristianos y personas de todas las creencias y de diferentes orígenes para la construcción de un mundo más cooperativo. Tenemos mucho trabajo que hacer. Estoy emocionado por el crecimiento del movimiento interreligioso – pero aún así, de muchas formas, queda mucho trabajo. Espero que estos consejos puedan ayudar a fomentar un mejor diálogo entre cristianos y ateos, y que, juntos, podamos trabajar para ver un mundo en el que las personas son capaces de tener conversaciones honestas, desafiantes y amorosas cruzando líneas de diferencia.

(vía Friendly Atheist)

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