¿Recuerdan la mentirosa campaña para “salvar las abejas”?
Pues fracasó rotundamente, algo que al parecer tiene molestos a los editores ambientales del Guardian:
La Comisión Europea propuso una suspensión de dos años de los neonicotinoides después de que la European Food Safety Authority (EFSA) considerara su uso un riesgo inaceptable, pero las naciones más importantes, incluyendo el Reino Unido y Alemania no apoyaron el plan en una votación el viernes.
El resultado deja a los ambientalistas, científicos y algunos políticos amargamente decepcionados. “Gran Bretaña y Alemania han cedido a la presión de la industria y se negaron a prohibir los plaguicidas que matan a las abejas”, dijo Iain Keith, del grupo activista Avaaz. “El voto de hoy va en contra de la ciencia y de la opinión pública y mantiene el armageddon químico desastroso sobre las abejas, que son fundamentales para el futuro de los alimentos”.
Eso es mentira. La relación entre la disminución de las abejas y los neonicotinoides está lejos de ser clara. Y los nicotinoides que son tan malos como los neonicotinoides, están autorizados en la agricultura ‘orgánica’.
A mí esta campaña me da la impresión que es más quimifobia que otra cosa.
