Ahora, en entrevista con El Espectador, Hollman Morris, director del canal, explica cómo pretende zanjar el asunto:
La semana pasada se creó, en el programa El primer café, un segmento llamado “Café con fe”. Habrá espacio durante cinco minutos para el islam, el budismo, el catolicismo…
El señor Morris como que no entiende: ¡¡lo tiene prohibido!! La Constitución establece que este es un país laico y desperdiciar recursos públicos en promover la superstición está prohibido.
Y que digan los anunciantes lo costoso que es un minuto al aire. ¡¡Y aquí les están dando cinco, gratis, a los únicos a quienes la Constitución lo prohíbe!!
Curiosa forma de responder a las acusaciones de despilfarro: despilfarrando más y pasándose la Constitución por el Arco del Triunfo.
Definitivamente, el partido Progresistas debería llamarse Petroceso. Sería más apropiado.
Por cierto, ¿qué clase de periodista es el tal Santiago Valenzuela? Su pregunta (“¿se están incluyendo contenidos cristianos dentro del marco de la diversidad que ustedes promulgan?“) demuestra una cerrazón impresionante. ¿Acaso no están los credófilos suficientemente representados, como para que sean los primeros en ser incluidos en el “marco de la diversidad”? ¿No resulta, acaso, el “marco de la diversidad”, una plataforma donde se escuche a las minorías sistemáticamente silenciadas por la mayoría -cristiana-?
Pues es triste decir que no me extraña que trabaje en El Espectador.