La policía religiosa ha conseguido llevar el apartheid sexual a un nuevo nivel:
Así lo determina la “Purdah”, un conjunto de leyes dictadas por la policía religiosa que tendría como objetivo “proteger el honor de la mujer”. En ese marco, el gobierno saudita acaba de ordenar levantar muros 1,60m para separar a hombres y mujeres.
La cadena de televisión Al Arabiya informó que el ministro de Trabajo, Adel Faqih había dado esta orden, que posteriormente fue confirmada por el director de la Comisión para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio o policía religiosa, que considera que “la unión de géneros provocaría la occidentalización del país”.
La normativa estipula que la barrera de separación tiene que ser construida en los lugares de trabajo para “proteger a las mujeres de acoso sexual”.
Esto es lo que hace un estado totalitario: preocuparse por conceptos ridículos como “el honor de la mujer”, cuando eso es algo que le corresponde a cada una cuidar o desechar como mejor le parezca. Esto es lo que pasa cuando los estados no sacan la superstición de sus ordenamientos jurídicos.
