Normalmente, no juzgo la vida sexual de las personas (mientras todo sea legal y consentido).
Pero la cosa cambia cuando se trata de alguien que se gana la vida diciéndole a las personas qué no hacer con sus cuerpos.
Y más cuando ese alguien hace algo que le ha dicho a los demás que no hicieran, como parece que le pasó a un sacerdote católico quedó esposado en la iglesia de St. Aloysius en Springfield, Illinois y tuvo que llamar al 911:
“Voy a necesitar ayuda para salir antes de que esto se convierta en una emergencia médica”, dijo el padre Tom Donovan al operador de la central que suena un poco incrédulo durante la llamada del 28 de noviembre
“¿Se quedó atrapado en unas esposas?” pregunta el despachador.
“(Yo estaba) jugando con ellas y necesito ayuda para salir”, responde Donovan.
Donovan le dijo al despachador que estaba solo en la casa parroquial. No está claro exactamente cómo terminó esposado ni por qué temía una emergencia médica. Su voz suena distorsionada o apagada en la cinta, y las fuentes dicen que la policía descubrió una especie de mordaza sobre el sacerdote cuando llegaron.
Puntos extra al que adivine su palabra clave.
(vía Friendly Atheist)