El año pasado fue Alain de Botton con su dichoso templo ateo.
Hoy es Leo Bassi con su iglesia atea:
El Consulado General del Paticano, como se llama esta iglesia que se encuentra en la Travesía de la Primavera y que anteriormente fue un almacén de reparación de cafeteras y muchas cosas más, fue alquilado por el actor en enero de este año y en febrero comenzaron a trabajar en darle forma. Ahora, quien entre allí se encontrará con retratos de filósofos, científicos y cómicos como Albert Einstein, Séneca, Diógenes, Comte, Maimónides o Groucho Marx. También hallarán una bola de discoteca, un tapiz comunista y un altar donde se esconden reliquias como un hueso de dinosaurio, un pedazo de la antigua Ágora de Atenas, recogido por Bassi en los años setenta, y un volumen del Pantagruel, de Rabelais, uno de los primeros textos anticlericales publicado por primera vez en 1789. Y todo rodeado de pequeños patitos de goma amarillos.
Entre las actividades, Bassi pretende que se impartan talleres de ateísmo para niños y que se pasen películas como Ágora, de Alejandro Amenábar, sobre la vida de la filósofa Hipatia. La idea de esta Asociación Cultural es “tener un espacio que llene de espiritualidad y donde se fomenten los valores de la Ilustración y la humanidad”, afirmó el actor. También habrá misas e incluso se oficiarán bodas. La primera será el próximo 11 de enero y será zoofílica y lésbica: una mujer se casará con su perra. Están todos ustedes invitados.
Epic fail!
Todo lo que nos ha costado que los creyentes consigan hacer entrar en sus minicerebros que el ateísmo no es una religión, para que este tipo venga a hacerle un edificio exclusivo de las religiones. Y se lo toma tan en serio, que algunos no alcanzarán a discernir el caracter burlesco de esto.
Y es que lo que el señor Bassi propone, quitando lo de las misas, ya existe. Ya existen los edificios ateos. Son los museos, los colegios, las universidades, los jardines botánicos, los centros de investigación, los laboratorios y las bibliotecas; lugares donde se abraza el conocimiento y se recibe de buen grado la duda, las evidencias guían el camino y se buscan las respuestas, en vez de preestablecerse.