Esta es una traducción del artículo de Jerry Coyne en el que sale en defensa de la psicología evolucionista.
Ha habido un montón de agarrones en Internet sobre el valor de la psicología evolucionista, el campo que estudia las raíces evolutivas del pensamiento humano, el lenguaje y el comportamiento. Quiero opinar aquí con mi respuesta a la pregunta planteada en el título, y mi respuesta es: “¡Por supuesto que no!”
Ahora bien, se me conoce como un crítico de la psicología evolucionista, y he sido muy crítico. Por ejemplo, he publicado dos críticas mordaces (una con Andrew Berry) de las teorías infundadas de Randy Thornhill y Craig Palmer sobre el significado adaptativo de la violación (ver referencias más abajo). He ido detrás de las distorsiones populares de la psicología evolucionista que aparecen en la prensa o los libros (por ejemplo, mis comentarios sobre el artículo “Animal social” en el New Yorker de David Brooks – un artículo que posteriormente se convirtió en un libro espantoso). Y he criticado a algunos psicólogos evolutivos por no vigilar los excesos especulativos de sus colegas. Pero nunca he sostenido que todo el campo carezca de valor, ni creo eso ahora. De hecho, hay algunas cosas buenas en él, y es cada vez mejor.
He visto que la psicología evolucionista comienza a madurar con sus críticas y a pesar de sus exponentes más radicales (por ejemplo, Satoshi Kanazawa), y su creciente concentración en la evidencia y contrastabilidad en lugar de sólo contar historias. A pesar de que no me mantengo con ella al tanto como una vez lo hice, enseño algo de ella en mi clase introductoria de evolución. Tengo que admitir, sin embargo, que a medida que el campo ha evolucionado, me he vuelto menos crítico del mismo en su conjunto. ¡Así es, creo yo, como debe ser!
Mi posición siempre ha sido la de que la psicología evolucionista buena debe cumplir con los estándares probatorios de artículos sobre el significado evolutivo de la conducta de otros animales – las normas que son, por ejemplo, alcanzados con artículos en la revista Animal Behaviour. La buena psicología evolucionista debería ser capaz de hacer o bien predicciones o lo que yo llamo “retrodicciones” – es decir, hipótesis que dan sentido a los datos previamente inexplicables o desconcertantes. (Darwin hizo muchas “retrodicciones” en El origen.) Por supuesto, no podemos volver a la sabana africana y presenciar las fuerzas evolutivas que producen un nuevo rasgo (¡demonios, ni siquiera podemos hacer eso en la mayoría de los rasgos que surgen hoy! ), pero podemos construir hipótesis razonables acerca de cómo nuestros comportamientos surgieron y luego probarlos. O, si las pruebas no son posibles ahora, podemos hacer sugerencias interesantes que futuros investigadores puedan encontrar una manera de poner a prueba, como hizo Einstein con su teoría de la relatividad general. Eso no es “contar historias”, sino esbozar hipótesis que podrían conducir a la comprensión. “Contar historias” es el esfuerzo que pretende explicar algo de una manera que no puede ser probada, o se conforma con contar una historia sin encontrar la manera de probarla.
En cuanto a esos escritores que hacen un buen trabajo presentando la psicología evolucionista en obras populares, me gustaría sugerir tanto a Frans de Waal como a Steve Pinker. Conozco a esos hombres, y, créanme, no son Kanzawas.
Y en cuanto a psicología evolucionista académica, a diferencia de la popular: antes de descartar todo el cerdo, hazme el favor de leer este artículo del 2010 en American Psychologist por Jaime C. Confer et al. (descarga gratuita en el enlace; la referencia más abajo). Se trata de una exposición imparcial de la situación de la psicología evolucionista moderna, cómo funciona, qué tipo de normas utiliza, las respuestas a algunas de las críticas comunes (por ejemplo, “no conocemos los genes implicados”), y, para los críticos, ejemplos de hipótesis de psicología evolucionista que han sido falsados. (Un ejemplo de una teoría falsada es el viejo argumento de “selección de parentesco” de la prevalencia de la homosexualidad: La idea de que los homosexuales, aunque no se reproduzcan, se quedaban en casa y perpetuaban sus genes al cuidar de sus familiares.)
Si puedes leer el artículo de Confer et al. y todavía desestimas todo el campo como algo sin valor, o como un mero intento de justificar los prejuicios de los científicos sociales, entonces yo sugeriría que tus opiniones se basan más en la ideología que en la investigación científica sensata.
Aquí hay algunos campos en los que creo que que psicología evolucionista interesante y valiosa se está realizando:
Ahora, en muchas de estas áreas nunca vamos a obtener respuestas definitivas, pero eso es típico de muchas áreas de la biología evolutiva, porque la nuestra es una ciencia histórica. ¿Por qué, por ejemplo, evolucionaron las plumas en los dinosaurios? Probablemente no para volar, porque la evolución de las plumas precedió a la del vuelo, pero podrían haber surgido mediante selección sexual, el reconocimiento de especies, o el aislamiento – o todas las anteriores. Puede ser que seamos capaces de hacer observaciones que apoyan algunas de estas ideas más que a otras, pero nunca vamos a tener la verdad absoluta – sólo respuestas con probabilidades mayores o menores. Pero la ciencia no es acerca de la verdad absoluta, se trata de la mejor explicación posible que se nos ocurra a la luz de la evidencia existente. Y muchas áreas de la psicología evolucionista son compatibles con algunas explicaciones más fuertemente que otras. Lean el artículo de Confer et al. para aprender más.
De todos modos, aquellos que desestiman la psicología evolucionista sobre la base de que es sólo “contar historias” no son conscientes de cómo funciona el campo en estos días. Y, si quieren ser coherentes, también deben rechazar cualquier estudio de la base evolutiva de la conducta animal. Sí, hay algo de agua de la bañera sucia en la psicología evolucionista, ¡pero también hay un bebé ahí dentro!
Confer, J. C., J. A. Easton, D. S. Fleischman, C. D. Goetz, D. M. G. Lewis, C. Perilloux, and D. M. Buss. 2010. Evolutionary psychology: controversies, questions, prospects, and limitations. American Psychologist 65:110-126.
Coyne, J. A. 2000. Of Vice and Men: The Fairy Tales of Evolutionary Psychology (Review of A Natural History of Rape by R. Thornhill and C. T. Palmer). The New Republic 222(14):27-34.
Coyne, J., and A. Berry. 2000. Rape as an adaptation: a review of The Natural History of Rape, by Randy Thornhill and Craig T. Palmer. Nature 404:121-122.