El himno nacional de Colombia es el sexto más feo del mundo. Y cualquiera que lea su letra, entenderá que es una oda al derramamiento de sangre.
Ahora, el Partido Conservador ha hecho algo útil (por fin, aunque no espero que se convierta en recurrente) y quieren cambiar el himno:
En el Congreso de la República se inició el trámite de un proyecto de reforma constitucional encaminado a “corregir” la sexta estrofa del Himno Nacional.
El senador Iván Clavijo (Partido Conservador), propuso corregir y modificar el “grave error” cometido por el autor de la letra: el cuatro veces presidente de Colombia, Rafael Núñez.
El legislador señaló que la sexta estrofa hay que corregirla en el aparte que señala que “los Centauros descienden a los Llanos”, cuando eso históricamente no sucedió.
Yo digo que eso está bien. Y ya que estamos quisquillosos con la precisión histórica -y en vista de que este es un país laico-, de paso podemos quitarle esa parte que dice “del que murió en la cruz“, pues el dichoso Jesús, martir del cristianismo al que se refiere la canción, no existió.
Yo digo que los ateos acompañemos este proceso y nos aseguremos de que esa parte sale. O, de lo contrario, que le agreguen una estrofa que haga referencia al niño de madera que cuando miente se le crece la nariz, pues ya entrados en la ficción.