Creo que nunca había visto un resultado tan positivo como el de las elecciones de EEUU del 2012.
Lo digo en serio. No es que haya sido perfecto, pero a grandes rasgos, todo salió mejor de lo que yo esperaba. Primero, y más importante, no quedaron Mitt Romney y su fórmula Paul Ryan. Pero no es sólo eso. Aún hubo más:
Por ejemplo, en California, se hundió la Proposición 37 con un 53% de los votos en contra. La dichosa Proposición 37 era una propuesta para etiquetar transgénicos, que había contado con una máquina de propaganda impresionantemente poderosa, que se aprovechaba de la ignorancia de la gente. En Colorado y Washington aprobaron el uso recreativo de la marihuana. Maine y Maryland fueron los primeros dos estados que aprobaron el matrimonio gay por elección popular. Con estos, se completan ocho estados que favorecen la igualdad. Minnesota rechazó la opción de anularlo con un 52% de los votos. Tanto Todd Akin, quien había dicho que existen “violaciones legítimas”, y Richard Mourdock, quien dijo que si una mujer era violada es porque era la “voluntad de dios”, no fueron reelegidos en el Senado. Es más, a Akin le ganó la demócrata Claire McCaskill. Y hablando de senadoras, esta vez rompieron récord: por primera vez en la historia del país, 20 mujeres fueron elegidas. Una de estas mujeres, Tammy Baldwin, demócrata por Wisconsin, es abiertamente homosexual. En Florida, se cayó la enmienda constitucional 8 con apenas un 44,95% de los votos (necesitaba al menos el 60% para ser aprobada). Esta enmienda, de dizque “libertad religiosa”, habría permitido que dinero de los contribuyentes fuera desperdiciado en la financiación de iglesias.
Por supuesto, no todo es perfecto. En estas elecciones también hubo resultados lamentables y desfavorables.
Por ejemplo, que Pete Stark, senador por California, no fuera reelegido. Stark era el único senador estadounidense abiertamente ateo y dedicó los últimos 40 años a defender las causas seculares y progresistas en el Senado.
Y, lo peor de todo, quedó Barack Obama – el mismo tipo que ha mantenido el privilegio religioso cristiano, ha cedido ante las amenazas del islam (temiendo respetar la libertad de expresión), que ha incrementado los asaltos a los derechos y a las libertades desde que Bush salió del puesto, que sigue apoyando el sangriento fracaso de la estúpida “guerra contra las drogas” y cuyo partido discrimina abiertamente a los ateos.
