Y lo celebraron con todo eso de las formaciones y los uniformes y la obediencia y esas cosas tan castrenses. De hecho, todo esto habría pasado desapercibido de no ser porque un cadete se desmayó durante la celebración. Con eso los medios estuvieron allí, y también estuvo la Iglesia, recibiendo privilegios con los impuestos de todos los contribuyentes:
Así es – al parecer uno debe creerse el cuento del zombie judío y la palestina violada por Zeus pero que siguió siendo virgen y las ballenas que comen hombres y los escupen intactos a los tres días y las serpientes parlantes y que los condones no sirven al ser parte de la fuerza.
Esto no sólo es una violación al estado laico (lo que ya, de por sí, es muy grave) sino que además es una violación a la libertad religiosa y de culto de todos los miembros de la Policía Nacional.
Y la Iglesia feliz, siendo promovida gratis, con nuestros impuestos.
(vía José Rojas)
