Todo ese proceso con el que Santos está pactando la impunidad con los grupos terroristas, cada día es peor. Ya había pasado porque Santos le contara secretos de Estado a Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica.
Esta multinacional del odio y la discriminación, que no pagan impuestos, de repente tienen peso en el show montado por el presidente Santos:
Rodear al Gobierno y orar para que el proceso de paz con las Farc llegue a feliz término fue la petición que le hizo al país monseñor Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal, a una semana de que comiencen los diálogos en Noruega.
De hecho, de ahora en adelante, al terminar las misas, los sacerdotes les pedirán a los fieles que recen la oración por la paz de San Francisco de Asís, que habla precisamente sobre la reconciliación.
Qué bonito ver que una empresa criminal que en general sale impune, va a participar en el proceso de dejar impunes a miles de colegas suyos, y todo esto con el detalle añadido de violar el carácter laico de la Constitución.
Porque en Colombia el crimen sí paga.