Una de la larga lista de idioteces que cometió Álvaro Uribe Vélez fue la de impulsar la cátedra religiosa dentro de los colegios públicos.
Ahora, en la Cámara de Representantes cursa un proyecto de ley que reglamentaría esa impostura:
“La voluntad de no recibir enseñanza religiosa y moral podrá ser manifestada en el acto de matrícula por el alumno mayor de edad o los padres o curadores del menor o del incapaz”, cita el proyecto.
La idea es permitir elegir a los padres de los menores, dentro y fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y moral, según sus propias convicciones.
No. A los niños no los deberían reclutar en la superstición de los padres.
Se llama libertad religiosa por una razón: porque cada persona debe poder elegirla una vez tenga los elementos de juicio necesarios para hacerlo – entiéndase la mayoría de edad.
