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Hipocresía cristiana

Los cristianos están ofendidos. Bueno, valga aclarar que siempre están ofendidos. Por ejemplo, Miguel Servet perdió la vida porque Martín Lutero se ofendió con la idea de que la sangre circula por el cuerpo.

Ahora, después del plantón para que no reelijan a Alejandro Ordóñez como procurador general de la Nación, algunos cristianos decidieron hacer acopio de su ultrasensible susceptibilidad y quisieron sentirse ofendidos:

Ahora van a hacer una manifestación porque, según ellos, fueron ‘discriminados’. Por supuesto, los cristianos no sabrían distinguir la discriminación ni aunque se la explicáramos con caricaturas.

Todos los días en esta república bananera, la Iglesia Católica recibe millonarias prebendas y tratos preferenciales por parte de funcionarios públicos. Este tratamiento preferencial, que viola el laicismo, es discriminatorio con los cristianos. ¿Dónde está su facilidad para sentirse ofendidos?

Es más, yo quiero saber: ¿no les resulta un montón hipócrita apoyar a Alejandro Ordóñez, el mismo tipo que quemó una Biblia cristiana? ¿Dónde están sus creencias ofendidas, entonces?

Esto sólo tiene una explicación: a ellos realmente no les importan sus creencias. Les valen un soberano pepino, como me lo valen a mí. Esto se trata de odio. No es más. Como buenos borreguitos, sus cerebros fueron lavados para que odien a quien les digan sus amos mentales, como a los homosexuales y las mujeres. (Y que no me vengan con que aman al pecador: uno no se desgañita y se rasga las vestiduras para despojar de sus legítimos derechos a las personas que ama.)

Son ellos los que quieren que las leyes se ajusten a lo que dicte su amigo imaginario ¿y son ellos los discriminados? Los homosexuales no se pueden casar con personas de su mismo sexo en Colombia, ¿y son los cristianos los discriminados? Las mujeres no pueden abortar cuando se les dé la regalada gana, como deberían poder, ¿y son los cristianos los discriminados?

¡Qué hipócritas! Aunque supongo que es a lo que están acostumbrados: siempre a lloriquear, haciéndose las víctimas e inventando persecuciones que nunca han existido… salvo las que cometieron ellos mismos, por supuesto.

Ahora bien, la cruz quemada en la Plaza de Bolívar no fue llevada ni quemada por nadie de la Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá (AAAB) y así como la Asociación no tomó parte en ello, tampoco lo hice yo porque no es mi método. No acostumbro a quemar cosas, ni libros, ni nada. No porque sean sagrados, sino porque la hoguera es en sí misma una tradición más bien cristiana (o si no, que lo diga el Procurador).

Sin embargo (y esto lo digo a título personal; no es la postura de la Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá), mientras una pira sea hecha por el dueño de lo que se está quemando, una Biblia, un Corán, una cruz, un escapulario, o lo que sea, siempre lo defenderé en la medida en que es la libertad de expresión de las personas. (Recordemos además, que Ordóñez quemó fue propiedad pública.)

Ahora, ha llegado un comunicado de prensa de la Casa de la Mujer, en los siguientes términos:

La Casa de la Mujer, junto a otras organizaciones, convocó y asistió a la jornada para entregar al Senado de la República 13 razones por las cuales considera no pertinente reelegir a Ordoñez; sin embargo, a pesar de la oposición frente a su reelección, la Casa de la Mujer aclara que no estuvo de acuerdo con la quema de una cruz en la Plaza de Bolívar ni con el juego que varios (as) participantes iniciaron con este símbolo religioso.

Después del plantón, yo participé de las burlas que se hicieron con la cruz a la que le habían prendido fuego. Soy partidario de la libertad de expresión y así como no quemo las cosas, sí blasfemo y reclamo la blasfemia como un derecho inalienable del ser humano. Lo que otro considere sagrado es su problema: yo no estoy sujeto a sus sentimientos ni a sus deficiencias emocionales.

Bajo ninguna circunstancia nuestro objetivo ha sido el de atacar creencias religiosas, iglesias, cultos; a sus gobernantes ni a sus símbolos, por ello nos apartamos de todas aquellas acciones que se direccionen hacia ese fin, reiteramos nuestro rechazo porque somos conscientes de que es imposible exigir y lograr espeto por los derechos propios cuando se están vulnerando y burlando los ajenos.

Creo que ahí derrapan feo. En primer lugar, el respeto se gana y el cristianismo no ha hecho absolutamente nada que merezca el más mínimo respeto de mi parte. A todo a lo que se reduce es a amasar poder promoviendo el odio y la discriminación, mientras se lucran con las angustias existenciales de sus crédulos.

En segundo lugar, por supuesto, el objetivo no era atacar creencias religiosas, iglesias, cultos, líderes religiosos ni símbolos, sin embargo, esos son derechos que los ciudadanos podemos ejercer libremente. Y así como no respeto creencias, tampoco pongo en un pedestal por encima de la crítica a ningún culto, ni a nadie -líder religioso o no-, ni símbolos, ni creencias.

Y no, como persona individual, no seré intimidado al silencio porque un grupo de sabelo-nadas se sintieron ofendidos cuando me burlé de su ridícula superstición. Es lo que hago todos los días, así como haría alguien que ve que tratan de quitarle los derechos a los demás, basados en el cuento de Pinocho o los cómics de Supermán -con la notable diferencia de que estos últimos tienen mejor narrativa y más coherencia interna que la dichosa Biblia-.

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